Opinión

¿Quién De Verdad Maniata a la Prensa?

Con la evolución del mundo digital se habla de la muerte del papel escrito, situación que pone a los medios de comunicación en un nuevo plano: el evolutivo; pero también incorpora nuevos actores en la escena de la información: los gigantes tecnológicos propietarios de las redes sociales. Por lo anterior, el derecho a la libertad de opinión y de información y el respectivo consumo de la misma información, terminan acoplándose a nuevos modelos, unos antagónicos y otros protagónicos.

En los últimos años ha sido debate público la relación de Donald Trump con los medios de comunicación antes y durante su Presidencia; también lo han sido los gobiernos de Turquía y Hungría y el Brexit (el referéndum que buscaba la salida del Reino Unido de la Unión Europea), puesto que la información juega un papel importante para la democracia. Esto es completamente particular en los contextos en que algunos medios de comunicación procuran la exaltación de las emociones más que informar, en sentido estricto, procuran la primicia o la precocidad, más que la investigación crítica y mesurada.

Lo anterior parece ensamblar bien con el modelo Goebbelsiano: “si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”. Por lo tanto, para el periodismo, y siguiendo con Goebbels, “la verdad es el enemigo mortal de la mentira”. Las mentiras publicadas y/o circuladas por algunos periodistas, medios de comunicación y personas comunes y corrientes en la ciudad de Santa Marta, haciendo eco a noticias falsas o ‘fake news’, son peligrosas para la democracia misma, todo con el afán mismo de lograr más likes, visitas a sus páginas webs y/o redes sociales y rating. Sin negar que en veces también responden a transacciones con diferentes formas del poder político y económico, desprestigiando una profesión digna e importante como es el periodismo. Las estrategias que han utilizado contra el candidato a la Gobernación del Magdalena Carlos Caicedo van desde las noticias falsas, la conspiración o el complot hasta la desinformación en diferentes plataformas como Facebook, Twitter y WhatsApp y a través de cuentas o perfiles falsos.

Ahora, más allá de la libertad de prensa y de información, existe un ‘currículo oculto’, aquel que no aparece en los jugosos contratos que se le han otorgado a algunos medios de comunicación en plena campaña electoral; se trata del ‘para qué’ realmente se contrata: pautas publicitarias, entrevistas, plan de medios, es lo que aparece en el contrato; sin embargo, la difusión de verdades a medias, noticias falsas y noticias acomodadas que exaltan emociones negativas y primitivas en la ciudadanía y que lo que busca es vencer antes del debate electoral al contrincante de quien contrata, es lo que realmente ocurre. Los títulos puestos en circulación en redes sociales como Twitter, Facebook y WhatsApp han sido distribuidos hasta la saturación y contienen diferentes formatos que van desde la tradicional noticia falsa, hasta memes y caricaturas que sobrepasan los límites de la dignidad de las personas. Muchos de ellos de carácter vulgar y obsceno, otros discriminatorios hacia la población afrodescendiente y la mujer misma en cabeza de la candidata a la Alcaldía de Santa Marta, Virna Johnson.

Es evidente que el Movimiento Fuerza Ciudadana y sus candidatos Carlos Caicedo y Virna Johnson, han aceptado la libertad de prensa, desde las diferentes opiniones, sin pretender acallarla, sin embargo, una minoría ha terminado haciéndole el juego a la difusión de noticias falsas y a la desinformación (recordemos que en la pasadas elecciones el gigante tecnológico Facebook fue acusado de ayudar en la difusión de noticias falsas, lo que jugó un papel crítico durante las elecciones en los Estados Unidos). Asimismo, algunos de ellos han decidido cliquear de manera constante y sistemática el botón ‘me gusta’ a las acciones de cierto candidato, proyectando en la ciudadanía un tipo de información que no está buscando y al que allega tratando de informarse de manera veraz e imparcial, logrando estos periodistas que sus seguidores tomen decisiones basados en tantos likes como sea posible y en la narrativa que intentan hacer dominante y no en libertad como valor máximo del individuo.

De esta manera, la búsqueda de lo más verdadero o mejor explicado, que es el fin último del método crítico en el que se debe basar el periodismo, ya no es un valor superior. Esto nos lo explica bien Max Weber cuando intenta describir el Capitalismo y sus formas, ya que los medios de comunicación masivos han pasado a ser nuevas empresas cuya relación empresa-clientes pasa por el tamizaje de la muchedumbre y las deja en plena vulnerabilidad para ejercer con plena libertad una información real, en este caso, durante las próximas elecciones. De ese modo, las noticias falsas o ‘Fake News’ son creadas con un fin económico, asevera Alexios Mantzarlis, responsable de la Red Internacional de Verificación de Datos del Instituto Poynter. La industria está llena de contenidos que no pueden excusarse en la libertad de prensa para vulnerar otro tipo de derechos, entre ellos a la información, el cual está impregnado con un carácter de veracidad inmaculado porque su papel “no es dar la voz a los poderosos, sino nutrir de información al público”. Si en el mundo llueve en Santa Marta no escampa.

Por ello, con vehemencia hemos rechazado la información falsa que se copió del nivel nacional al afirmar que nos convertiremos en Venezuela si no votamos por quien lleva gobernando toda la historia de Santa Marta según los rastros genealógicos, o que el candidato Carlos Caicedo es el candidato del odio y el otro el de amor, porque sabemos que están manipulando a la ciudadanía utilizando la biopsicología: el cerebro humano no busca la verdad, sino el placer. Así, existe un sesgo de información, una parcialidad y recolección selectiva de información en una minoría de la comunidad periodística samaria y magdalenense porque con su trabajo, pago, por supuesto, liberan en la ciudadanía dosis frecuentes de sustancias químicas que generan placer con información falsa o selectiva.

Ahora, la comunidad periodística, en general, ha ayudado a mejorar la sociedad promoviendo los derechos civiles. Sin embargo, aún queda una disidencia cuyo mensaje es el de la desinformación, el machismo y el racismo, convirtiéndose en “cajas de resonancia” de los poderosos, repitiendo la misma información hasta que sus lectores y oyentes crean que “esa es la realidad”. La solidaridad y la tolerancia de ciertos periodistas de la localidad hacia miles de millones de pesos extraviados en el Departamento del Magdalena, de obras inconclusas, de regímenes cuasimonárquicos con intenciones de perpetuarse en el poder que solo llevan a abusos de poder y corrupción, como ha sido historicamente en el departamento y la ciudad de Santa Marta, son un peligro grave para nuestra democracia y un irrespeto palpable al elector.

Ahora que el Movimiento Fuerza Ciudadana ha puesto ante la opinión pública su verdad, ciertos periodistas se ofenden señalando al Movimiento como atentatorio de la libertad de prensa porque han querido jugar al ‘todo vale’. Sin embargo, en elecciones quien realmente vale es el elector libre, no el elector manipulado.

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