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El salvavidas de Polo Díaz-granados al Mello Cotes

En un artículo publicado en Seguimiento.co con el título de La dificultad de Carlos Caicedo Para Encontrar al Enemigo de Estas Elecciones, el autor Polo-Díazgranados pretende demostrar, cual analista político, el presunto error estratégico que viene cometiendo el pre-candidato a la Gobernación del Magdalena Carlos Caicedo. Dice Polo-Díazgranados que Caicedo, basándose en el principio de buscar un enemigo común (basado en la propaganda de Joseph Goebbels, según Polo-Díazgranados), el actual alcalde encargado de Santa Marta, Andrés Rugeles, se ha convertido en la némesis de lo que representa políticamente Caicedo. Una situación que termina beneficiando a la campaña del Mello. Una afirmación bastante caprichosa dado que, al menos, no se compadece con los resultados de las encuestas y sondeos de opinión en los cuales Caicedo va ganando aún en las propias encuestas o sondeos financiados por el clan Cotes.

Quienes profesan una mirada metafísica de la historia,  siempre suponen que la historia se repite una y mil veces, que basta con leer un libro o copiar un manual para pretender alcanzar los propósitos en el presente. Da pena recordarlo: los movimientos alternativos o de izquierda democrática, por regla general, congenian más con la dialéctica materialista que con la metafísica o con el positivismo, que muestran al mundo de la mejor manera simple. Como si la verdad o los hechos estuviesen sometidos al dilema de ser o no ser”.

Dar a entender a la opinión pública que Caicedo no tiene argumentos para enfrentar al ‘Mello’ (no lo adopta como su enemigo político), y por el contrario, como Polo-Díazgranados lo infiere, que es Andrés Rugeles el nuevo enemigo, basándose en los ataques en las redes sociales, es a todas luces un acto pleno de voluntarismo. Esto es forzar la realidad política. Amén de atribuir sin fundamento al precandidato Caicedo una fundamentación ideológica sobre la cual se sabe muy bien que es el “abc del uribismo” en Colombia. La forzada idea de Polo-Díazgranados no analiza el hecho de que en el año 2011 Carlos Caicedo no tenía maquinaria alguna para ganar las elecciones a la Alcaldía de Santa Marta y, no obstante, la ganó con los méritos del caso. Sin la Alcaldía distrital, la misma que fue usurpada por Iván Duque y Marta Lucía Ramírez, para aliarse con las castas de la localidad, Fuerza Ciudadana, en nuestro entender, sigue teniendo la acogida que se requiere para seguir gobernando el distrito y también el Departamento del Magdalena.

Polo-Díazgranados razona equívocamente cuando afirma que el hecho de que Rugeles se haya convertido en el nuevo enemigo de Caicedo, ocasiona que el Mello afirme que no va a pelear con nadie (cita un trino) logrando de esta manera un beneficio evidente en la campaña electoral que se avecina. Pareciera que lo que se busca es la pretensión de colocar al transparente Rugeles como víctima inocente y, de otra parte, justificar la evasión del debate político del “Mello Cotes” con Caicedo, dado que las limitaciones políticas del exgobernador ante el exalcalde saltan a la vista y son inocultables. Al exgobernador lo hemos venido escuchando en los medios de comunicación en donde oferta el menú de ‘beneficencia’ que parece ser el modelo de gobierno que profesa su familia cuando gobierna.

Los elementos de la contradicción política en Santa Marta no están en la falsa dualidad de Rugeles o el Mello, no son, hoy por hoy, dos cosas distintas, dado que ambos están del mismo lado. Son la “simbiosis del mal” como osa llamar un reconocido periodista. Rugeles es una ficha o carta jugada de los Cotes y los Díazgranados. Es una tontería que no se haya observado que Rugeles vino como una pieza de ajedrez para catapultar las descompuestas élites de Santa Marta y del Departamento del Magdalena en su propósito de restaurarse en el poder local y continuar en el departamental. De ahí por qué algunos ciudadanos lo comparan con el triste papelón anti-independentista de Morillo, cuando llegó a Santa Marta en 1815, para restaurar a la Monarquía española y, de paso, a varios criollos traidores, entre estos algunos miembros de las distinguidas familias tradicionales de Santa Marta.

Suponer que a estas alturas los ciudadanos no se han dado cuenta a qué vino Rugeles a Santa Marta es una pretensión invisibilizadora. Cada debate o denuncia contra Rugeles es un golpe al “mellocotismo” (así no le guste escribir su apellido en la propaganda electoral) y al candidato J.C. Palacio del partido conservador (el partido de Rugeles y Marta L. Ramírez) a la alcaldía de Santa Marta. Lo de “mellicotismo” para nada supone la existencia o reconocimiento de una teoría u ideología política particular o refrescante. Por el contrario, ya lo dijimos, en dicho entorno escasean las ideas y propuestas políticas. Por eso el “Mello” no le dará cara a Caicedo. Esa es la verdadera razón. No soportaría un debate político sobre Santa Marta o el Departamento. Y eso lo sabe muy bien la familia Cotes. Y parece que Polo-Díazgranados también.

Cabe decir que en el artículo comentado prima la rapidez ante la reflexión, la “brillantez” ante la profundidad, el gesto ante la exigencia de una labor racional. Elaborado entonces a pura brocha gorda. Tal vez justificado por el frondoso contrato que recibe de la Gobernación.

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