A solo seis días de las elecciones, la estrategia de los asesores del Mello Cotes insiste en que hay que tirarla toda al final. Se rumora que poseen 30 mil millones de razones para hacerlo, pues son conscientes del “anti mellismo”, existente hoy en día en todos los municipios, corregimientos y hasta en las veredas más abandonadas que hay a lo largo y ancho del departamento del Magdalena.
Las noticias que llegan de su campaña señalan que hasta los propios asesores han reconocido que la derrota es inminente si se atienen solo a los votos y por ello han apostado a la “batalla naval” final y la cual consiste en voltear todo con las 30 mil millones de razones que poseen para hacerlo.
Como ya no pueden hacer más nada con relación al “anti mellismo”, porque es un sentimiento que echó raíces en el pueblo desde el día en que él dejó la Gobernación sin pena ni gloria y con una vía de La Prosperidad sin terminar que lo podría llevar a la cárcel y un Departamento más pobre del que encontró y para colmo de males su tía sucesora no lo ayudó, sus estrategas bogotanos de la vieja escuela del “rey de la propaganda negra”, JJ Rendón, creen que lo último que queda es hacer uso de esas 30 mil millones de razones.
Dirán: “Si se volteó el Titanic, ahora que no se volteen unos míseros mortales”. Pero lo que sigue preocupándoles a ellos es lo que aconseja un jingle muy pegajoso que empezó a rodar casi que desde el inicio de la temporada pre electoral. No obstante, van a ser suicidas y van a apostarle a las 30 mil millones de razones, a fin de cuentas, no son sus razones.
Del cacareado jingle lo que más les preocupa es su mensaje, no por su pegajosa melodía que incluso hasta el Mello mismo de pronto la ha cantado mentalmente y hasta bailado cuando ha estado en el baño. No ha habido un solo samario ni un solo magdalenense que no la haya bailado o cantado. Niños, adolescentes, adultos y ancianos se la han gozado. Y desde un principio se erigió como el himno de estas elecciones.
Hoy en día, en la antesala de las elecciones del próximo 27 de octubre, todavía resuena el eco de ese empalagoso jingle por entre las casas y calles de la ciudad capital y todos los municipios, atizando aún más el “anti mellismo”, ahora con un toque más gracioso.
