Santa Marta

Esa campaña no la salva ni Mandrake

El término “hail marry pass”, es usado en el fútbol americano para describir una jugada desesperada y de último momento que puede cambiar favorablemente el resultado de un partido.

Por supuesto, eso será lo que se espera que buscará a último momento el Mello Cotes ante su campaña “Chueca”, como la calificó un conocido concejal amigo de él en el municipio de Guamal durante una reunión en secreto con trabajadores del hospital para configurar lo que se ha denunciado como un delito de constreñimiento electoral.

Son muy pocos los casos de consultores profesionales que, sin previo vínculo con un candidato, aceptan este tipo de retos y logran salvar la situación de una mala campaña a última hora, utilizando el recurso del “hail marry pass” electoral.

Por supuesto, si alguien a último momento le promete ese milagro, es aconsejable que le recuerde ironicamente la canción de Frank Sinatra, titulada:
“Can’t Take My Eyes off You” que empieza con la frase: You’re just too good to be true (“Eres algo demasiado bueno para ser verdad” o como decimos los samarios y costeños: “Es demasiado bueno para ser cierto”).

Por eso no es raro que a “última hora” hayan campañas que contacten consultores políticos esperando soluciones “mágicas” para salvar a sus candidatos de inminentes y penosas derrotas. En estos casos, cuando “la suerte ya está echada”, las posibilidades para maniobrar y revertir tendencias son muy pocas.

No existe un número determinado, o fijo, de días, semanas o meses que se pueda aplicar en todos los casos y que sirva para marcar un punto de no retorno, cuando la tendencia perdedora de un candidato se vuelve irreversible. En algunos casos, a pocos meses de las elecciones se sabe que la campaña no tiene futuro, en otras instancias, solamente después de las elecciones el equipo de campaña empieza a aceptar algunos errores.

Por supuesto, siempre hay personas que aun después de haber hecho la peor campaña posible, echan mano a cualquier disculpa externa como haber sido “rezados” o “que ese día llovió mucho”, hasta reconocer cualidades del candidato y del partido rival, que no fueron contrarrestadas.

Etiquetas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cerrar