Santa Marta

*Ecos de una derrota anunciada: “Ganó el instinto de supervivencia de un pueblo”

Por: Álvaro Cotes Córdoba

El “Gran Debate” organizado por los medios de comunicación aliados y contratados por la Gobernación al servicio de la campaña del Mello Cotes, sin lugar a duda, fue la estocada final que recibió este último, para confirmarse su derrota anunciada.

Y es que, desde el mismo momento en que se conoció que El Mello se lanzaría como candidato, muchos tuvieron de inmediato la premonición de que sería el final de la era de los Cotes en el poder departamental, no por el candidato contrincante, sino por el desgaste que dicho apellido ya había empezado a hacer mella en el pueblo.

Aún recuerdo como si fuera hoy lo que me dijo un exgobernador que entrevisté al principio de la contienda electoral, hace ya unos tres meses, cuando le pregunté que si él creía que el Mello ganaría la Gobernación.

Hoy, ese mismo exgobernador, me lo recordó y me dijo, tras conocerse quién fue elegido Gobernador, con estas textuales palabras: “Se lo advertí hace tres meses que ganaría el instinto de supervivencia del pueblo”.

Y así sucedió: Ganó el instinto de supervivencia del pueblo. Con tanto desgaste en el poder, el pueblo trata de sobrevivir y si aparece un líder que aviva esa chispa en el pueblo, el resultado por lógica consecuente debe ser lo que al final sucedió.

El concepto de pueblo, muchos creen conocerlo, porque se imaginan tal vez que es una masa de gente pobre sin principios que fácilmente se dobla ante el dinero. Pero están equivocados, pues en el pueblo no solo hay pobres, analfabetas y dadivosos, también existe un montón de gente con buen intelecto, dinero y humildes y con unos corazones bien grandes y unos pensamientos de servicios propios.

Esa masa voluminosa llamada pueblo, cuando se sintoniza con un fin común, fenómeno que casi siempre es logrado por un buen líder, termina desbaratando cualquier poder incluso el poder económico de algún imperio.

Y eso fue lo que acabó de acontecer en el Magdalena: el pueblo se acordó de su instinto de supervivencia.

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