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La inseguridad y el desgobierno se posa sobre Santa Marta: solo hay silencio, temor y desesperación

Santa Marta se encuentra en medio de una creciente crisis de inseguridad que ha sumido a sus habitantes en el miedo y la incertidumbre.

La guerra entre los Pachencas y los del Golfo en el sur de la ciudad ha desencadenado una ola de violencia que ha dejado a la población de María Eugenia encerrada en sus propias casas, mientras el silencio impera y la figura del alcalde impostor Carlos Pinedo Cuello permanece elusiva.

El desgobierno en el que está sumida la ciudad con el ilegítimo gobierno de Carlos Pinedo Cuello y sus esbirros está pasando factura. El sur de Santa Marta se ha convertido en un escenario de enfrentamientos sangrientos entre los Pachencas y los del Golfo, dos facciones criminales que luchan por el control territorial. Las calles antes bulliciosas de este sector ahora resuenan con el estruendo de la violencia, dejando a los residentes atemorizados y atrapados en medio de un conflicto que parece no tener fin.

La comunidad de María Eugenia, una vez conocidas por su vitalidad y espíritu comunitario, se han convertido en zonas de guerra urbana. Los residentes, asustados por el sonido de las balas y la presencia constante de grupos armados, se ven obligados a encerrarse en sus casas, con temor de salir incluso para lo más básico.

En medio de esta crisis, la figura del alcalde impostor, Carlos Pinedo, cuya legitimidad ha sido cuestionada desde su llegada al cargo, permanece notoriamente ausente. Los ciudadanos de Santa Marta, que esperaban liderazgo y acción para enfrentar la creciente inseguridad, se encuentran en la desesperante situación de no conocer la voz ni las acciones de quien debería ser su guía en momentos difíciles.

Los trinos que antes llenaban las redes sociales con las declaraciones y promesas de Pinedo son ahora inexistentes, sumiendo a la ciudad en un silencio perturbador. La falta de comunicación y liderazgo ha dejado a los ciudadanos con más preguntas que respuestas, alimentando la sensación de abandono y desconfianza en las instituciones locales.

En conclusión, Santa Marta se encuentra atrapada en una espiral de inseguridad, donde la guerra entre los Pachencas y los del Golfo en el sur de la ciudad ha generado miedo y desesperación en comunidades como María Eugenia. La ausencia de la voz del alcalde impostor ha creado un vacío de liderazgo y transparencia, dejando a los habitantes de Santa Marta buscando respuestas y soluciones a una crisis que amenaza con empeorar si no se aborda con urgencia.

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