MagdalenaSanta Marta

La fiesta de los 60 años de la Unimagdalena: una oda a las élites y a su forma de vida

Lo que menos tuvo la celebración de los profesores de la institución fue un reconocimiento a los hombres y mujeres de a pie, comunes y corrientes, que hicieron grande esa institución.

Habría que preguntarse si los asesores de Pablo Vera, en la Universidad del Magdalena, nacieron en las más encumbradas cunas de la aristocracia de Santa Marta y el Magdalena.

De lo contrario, no se explica cómo la celebración de los 60 años de la institución, que recientemente organizó un encuentro docente, terminara convirtiéndose en un decadente espectáculo de servilismo.

Y es importante explicar a qué nos referimos. Alguna mente creativa al interior de la Unimagdalena se le ocurrió que la mejor idea de recrear la década del 60 del siglo pasado era a través de estereotipos trasnochados y visiones mandadas a recoger producidas por las élites: los automóviles descapotables, los vestidos al mejor estilo norteamericano al que solo accedían las mujeres ricachonas y, para rematar, canciones en inglés que solo se escuchaban en los Estados Unidos.

Parece que el creativo es amante de la cultura norteamericana. Y no se les culpa: la ignorancia los lleva a pensar que hacen lo correcto.

¿Dónde está el campesino que labra la tierra con fuerza para sacar adelante su familia? ¿Dónde están los indígenas que resistieron los embates de una colonización que fue muy cruel con ellos? ¿Dónde están los hombres y mujeres que, a punta de vallenato, alivianaban las penas de una vida llena de privaciones?

Nada de eso se ve reflejado en las ridículas prendas de vestir y en las referencias agringadas que algún genio sacó de la chistera. Una vergüenza.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cerrar