Al recorrer ya sea caminando, o en vehículo familiar los supermercados y droguerías para comprar mascarilla o tapabocas notamos que éstos no se encuentran, están agotados, realmente agotados y se ha convertido en una verdadera odisea encontrarlos, y ante esto la creatividad del samario no se ha hecho esperar.
Tapabocas de todo tipo y estilo. En las redes vemos videos tutoriales de cómo convertir un calzoncillo en mascarilla, cómo hacer caretas con botellas plásticas y fomi. Todas ideas brillantes que nacen en el mundo entero que se ha visto en la necesidad de usar cucos, calzoncillos tipos bóxer, botellas, chalinas y hasta las copas de braseares de tapabocas, que en la parte interior les colocan una tela especial.
En la ciudad también hay talentos que proponen varios estilos de tapabocas. Una de ellas es la diseñadora Mildred Teller de Rincón quien confecciona mascarillas o tapabocas con motivos, de muñecos de telas de figuras y colores. Estas mascarillas se ven muy lindas por fuera y a su interior entre tela y tela se le coloca pellón para evitar el paso de fluidos. Así lo explica la diseñadora.
Por su parte Gloria Vargas se ha encargado de confeccionar tapabocas camuflados, con diseños, pero al mismo tiempo que ofrezca protección, pues son los que están repartiendo entre el personal de seguridad, vigilantes, celadores, “Estamos trabajando para preservar la vida, usando las telas que son autorizada para ello.
Vargas también confecciona tapabocas, con bolsa de tela fácil de lavar cuando se llegue a casa” explica esta mujer quien complace a su clientela con estos diseños de tapabocas, bolsa y hasta guantes.
En fin, artesanos, diseñadores, modistos de la ciudad están haciendo su agosto, ya no confeccionando vestidos sino tapabocas con estilo, y hasta las amas de casas se dan a la tarea de crear con tela de pellón o chambéela, caucho o elástico, hilo y aguja sus maravillosos tapabocas.
