Santa Marta

Dominó, naipes, macana, lotería y fútbol de calle, riesgosa recreación de la cultura samaria EN LOS DIAS DEL CORONAVIRUS

Por: Jorge Luis Urbina Mejía

Como los expertos de la salud dicen que por estos días, se debe mantener por lo alto nuestro sistema inmunológico, los samarios no se han quedado atrás y continúan aplicando juegos y diversiones muy tradicionales de la idiosincrasia Caribe para matar el tiempo; los tradicionales juegos de carta, barajas o naipes, dominó y los jóvenes y niños, el fútbol.

El asunto es no caer en la monotonía de estos largos y calurosos días de verano, sequía y coronavirus. No se trata única y exclusivamente de comer, hacer la siesta y ver la programación de los Canales locales en donde únicamente se habla de esta inusual pandemia, que llegó sin avisar.

En los barrios apartados de calles polvorientas los niños y jóvenes se recrean con el fútbol de calle, en los sectores más urbanos, se aprovecha las canchas y las maquinas biosaludables y por la tarde, después del almuerzo y sancocho Caribe la siesta de hamaca o una buena cama para los adultos que terminan despidiendo el día con juego de cartas las mujeres y dominó los hombres; otros macana o lotería.

Pero mientras esto sucede, las autoridades se preocupan porque la cultura del ser samario y el ser costeño, más allá de la cultura tradicional muy arraigada ancestralmente; están poniendo en riesgo la vida de aquellos que por estos días comparten socialmente ante la amenaza invisible del coronavirus.

La gente pasa por alto las medidas decretadas de cuarentena para evitar contagios y en forma desprevenida y desobediente se reúne y mantienen contacto entre sí, poniendo en riesgo su vida y la vida del habitante de su comunidad. Por este motivo, La Secretaria de Seguridad y Convivencia Ciudadana de la Alcaldía Distrital de Santa Marta, llamó la atención y pidió encarecidamente a la comunidad que acaten las instrucciones y decretos que ha expedido la alcaldesa Virna Johnson, para salvaguardar nuestra vida.

Recordó que la multa por desobediencia a ley 1801de 2016; en cuanto al no acatamiento en lo establecido por autoridades administrativas y sanitarias, alcanza casi un millón de pesos por infractor.

Todo esto nos lleva a escribir una crónica más en la vida del ser samario, que ha sobrevivido a casi quinientos años de vida e historia.

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