Editorial

LA DEBACLE DE LAS ÉLITES SAMARIAS Y DE SUS PERIODISTAS DE BOLSILLO

Los resultados electorales demuestran que el Movimiento Fuerza Ciudadana ha producido el hecho político más importante en toda la historia electoral en el Departamento del Magdalena. Con la mayor votación en toda la historia de Santa Marta y el Magdalena Por primera vez los dos cargos más importantes del ente territorial están en manos de un movimiento político alternativo, es decir, las castas samarias y magdalenenses han perdido por la vía democrática el poder después de perpetuarse, incluso, desde la misma época colonial. Es por eso que es un precedente histórico para toda Colombia. Los Cotes, los Vives, los Dávila, los Díazgranados y un etcétera corto, han perdido la capacidad de acceder y maniobrar el ejercicio del poder en dichas entidades territoriales.
Un triunfo electoral de Caicedo y Johnson está basado en el voto de opinión, aún en aquellos lugares donde predominaba tradicionalmente la venta y compra del voto. Y, lógicamente, también el desgaste de la mediocridad e incompetencia de las castas que no atendían las necesidades de las comunidades porque siempre han creído que el gobierno les pertenecía por la simple tradición de la sangre.

Dos líneas gruesas parecen explicar este fenómeno electoral: La primera tiene que ver el cómo Carlos Caicedo y el Movimiento Fuerza Ciudadana han construido una autentica organización política. Dinámica y eficiente. Es decir mientras los partidos tradicionales siguen y seguirán manejando la política como “casas electorales”, en manos de un personaje con sus familiares, Fuerza Ciudadana es una estructura política que funciona durante los 365 días del año y que evoluciona de manera permanente. Además, ha basado su actuar político en la definición de líneas estratégicas acorde la realidad cambiante. Esto significó que ambos candidatos sacarán más del 60 por ciento de las respectivas votaciones a la Gobernación y la Alcaldía distrital de Santa Marta. Sendos triunfos aplastantes.

La segunda parece tener que ver con la perpetuación de un modelo tradicional por parte de las castas que considera el ejercicio del poder del Estado como oficinas que les pertenecen por su riqueza y abolengo. Se han perpetuado por lo tanto en unos modelos político-electorales que se basan en el clientelismo y la corrupción de la voluntad popular por medio de la compra de votos. Esto último ha generado un desgaste y rechazo de buena parte de las comunidades. Si a estos factores sumamos los malos gobiernos y las delictuosas relaciones de algunos con el narcotráfico y el paramilitarismo, comprenderemos, con mayor facilidad, del porqué buena parte de la ciudadanía le ha venido dando la espalda.

En esta ocasión los Cotes y asociados terminaron perdiendo la Gobernación del Magdalena después de tenerla en sus manos por 8 años consecutivos. Les ha ganado el aguerrido dirigente alternativo Carlos Caicedo, de una manera categórica, a pesar de las trampas que se le tendieron e instrumentaron en su contra. De nada sirvieron las pastorales y fingimientos cómplices de algunos periodistas que dieron muestra nítida de estar al servicio de la campaña del Mello Cotes. Como lo dice el refrán: el tiro les salió por la culata, como ocurrió con el famoso debate en donde al candidato que protegían le fue como los perros en misa. Y es que el ciudadano común y corriente se ha venido dando cuenta de la instrumentación y manipulación que estos políticos y periodistas quieren hacer de su conciencia. Fracasaron desastrosamente algunas figuras del periodismo como Víctor Polo, Víctor Rodríguez, Lina Peña, Polo Díazgranados, Rubén Peña, entre otros escasos. Sin duda alguna el peso de la derrota les cabe a todos por igual.

El caso de Santa Marta es la muestra diáfana de que sectores diferentes a “los de antes” son capaces de gobernarla. Y no solo eso: con un buen gobierno, dado que las obras de desarrollo y convivencia, que estuvieron estancadas por décadas, son reconocidas y resaltadas por todos los ciudadanos excepto por la exclusiva minoría elitista y su servidumbre que, por lo que vemos, tendrá mucho que cambiar si quiere volver a gobernar algún día lo que, lógicamente, no parece estar cercano. Virna Johnson representa un triunfo de la persistencia y la paciencia. Representa, además, el ser la primera mujer que es elegida alcaldesa de la ciudad de Santa Marta, un compromiso de facto que la lleva a proteger aún mucho más la ruta que garantiza los derechos políticos, económicos, sociales, laborales y culturales de las mujeres en todo el ente territorial samario. En buena hora.

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