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Ciénaga: Apocalypse Now.

Apocalipsis 21.2: Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

Por: Carlos Payares González

En cierta ocasión escribí un artículo que titulé “Reír es Mejor que Llorar. A Propósito de la Crítica y el Chisme Político” (2017), en el que sostengo que el peor castigo que se le puede infligir a un político cuando es inepto es que la gente no lo mencione para nada, especialmente, en las cosas que son importantes para todo un colectivo social. Sin embargo, la gente, de muchas maneras, debe y tiene que hablar, o aun reírse, de los malos políticos. Y mucho más si se trata de un gobernante activo que, por lo tanto, puede ser cuestionado.

Algunos políticos suelen estar motivados por la Gran Visión, otros por el Fervor Moral de Servicio y otros más por una Ambición Feroz. También suelen acompañarse de la gran Mano de Dios y de ciertos pastores rentistas. Después de todo, no desean por lo que dicen representar que nadie les ponga el cascabel.

No me detendré en los hechos inherentes a la denuncia hecha en varios medios en el sentido de que el Alcalde de Ciénaga, Luis Tete Samper, adelantó un contrato con la iglesia LA NUEVA JERUSALÉN. APOCALIPSIS 21.2 por una suma cercana a los 1.700 millones de pesos, para la prestación del servicio educativo del ente territorial en la Sierra Nevada de Santa Marta. Sin embargo, todo el mundo sabe que el principal pastor de dicha comunidad religiosa (el Francis Ford Coppola del contrato), ha sido el más recalcitrante detractor de Carlos Caicedo Omar, actual Gobernador del Departamento del Magdalena y, además, del movimiento político Fuerza Ciudadana. Así lo ha sido desde hace rato. Así mismo, se sabe que es un aliado defensor de las administraciones de los Cotes. Como también todo el mundo sabe que el Alcalde Tete fue candidato del grupo político del “Mello” Cotes (candidato que fue derrotado por Carlos Caicedo) a la Alcaldía de Ciénaga y no al revés como en veces ha insinuado el actual burgomaestre.

Es imposible negar estas relaciones políticas (como lo reconoce el mismo Alcalde de Ciénaga) y algo puede haber en el canto de la cabuya en relación a dicho contrato ofrecido con la plata de la educación municipal de Ciénaga. Ahora: no parecen correctas las disquisiciones que ha venido sosteniendo el señor alcalde de Ciénaga. El Alcalde ha dicho, entre otras frases, las siguientes: “[…] esto es una información malévola, a mí no me interesa, me tiene sin cuidado lo que haga el Gobernador y jamás le voy a gastar ni siquiera un peso, ni un solo gramo de energía…. A mí no me interesa lo que el Gobernador haga… El tema del Gobernador es que no nos quiere, a nosotros no nos interesa, ni nos va ni nos viene… ha sido difícil trabajar con el Gobernador… eso es una noticia falsa, malévola, no tiene ningún asidero […]”. Luego agregó en un audio difundido en las redes sociales y por Radio Galeón: “[…] que el gobernador gobierne como a él le dé su gana… pero que respete a los alcaldes… somos 29 alcaldes… Yo contrarresto todos esos ataques rastreros… tienen un veneno por dentro que no los dejan tranquilos… no pertenecemos a ningún partido… a mí no me importa Caicedo, que él haga lo que quiera, que él gobierne como quiera… esto es una persecución política… yo gobernaré como yo quiero gobernar […]”. Palabras más, palabras menos, eso es lo que ha dicho.

Cabe hacerle caer en cuenta que según la Constitución Política Colombiana el Estado es “un Estado Social de Derecho, organizado en forma de República unitaria…” (DE LOS PRINCIPIOS FUNDAMENTALES Artículo 1) Luego, eso de estar pensando “que el gobernador gobierne como a él le dé su gana”… “a mí no me interesa lo que el Gobernador haga”… es creer que cada ente territorial se gobierna como se le dé la gana a cada gobernante, lo que no es una manifestación de la relativa autonomía territorial o de un respetable federalismo, sino de una ideología feudal, por lo tanto populista y autoritaria, o de un desconocimiento de la naturaleza del Estado colombiano. Tal cual como había pensado sobre algunos recursos naturales (los ríos Córdoba y Toribio) sobre los cuales manifestó en cierto momento ejercer su control pleno y determinativo.

Pero, además, se observa en las declaraciones del Alcalde Tete que se desconoce que los funcionarios públicos están expuestos, en razón de la Constitución y las leyes, para que sean escrutados por la opinión pública o la ciudadana, cosa que parece disgustarle al burgomaestre. En vez de manifestaciones displicentes ante su responsabilidad legal, lo que debe es dar las mejores explicaciones de sus actuaciones y comportamientos. Así está consagrado en el Artículo 40 de la Carta Magna que sostiene que “todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político”. También la Ley Orgánica, consagrada en el Artículo 288 (CPC) donde se señala que el “ordenamiento territorial establecerá la distribución de competencias entre la Nación y las entidades territoriales. Las competencias atribuidas a los distintos niveles territoriales serán ejercidas conforme a los principios de coordinación, concurrencia y subsidiariedad en los términos que establezca la ley”. De manera que despreciar olímpicamente el papel de la Gobernación del Magdalena (o pretender generar conspiraciones) no solo es inconstitucional sino un absurdo político.

Ahora: la Constitución del ‘91 en su Artículo 298 señala las funciones de los departamentos: Los departamentos tienen autonomía para la administración de los asuntos seccionales y la planificación y promoción del desarrollo económico y social dentro de su territorio en los términos establecidos por la Constitución. Los departamentos ejercen funciones administrativas, de coordinación, de complementariedad de la acción municipal, de intermediación entre la Nación y los Municipios y de prestación de los servicios que determinen la Constitución y las leyes. La ley reglamentará lo relacionado con el ejercicio de las atribuciones que la Constitución les otorga”. Más claro no canta un gallo. El Artículo 305 donde se establecen las atribuciones del Gobernador dice: “2. Dirigir y coordinar la acción administrativa del departamento y actuar en su nombre como gestor y promotor del desarrollo integral de su territorio, de conformidad con la Constitución y las leyes”. Todo lo anterior para corroborar la desatención que el burgomaestre Tete Samper hace ante la Constitución y la Ley.

Tal vez su visión política no le permite observar el desacato a un Estado Social de Derecho y a la existencia (con todas las dificultades) de un régimen democrático en Colombia. Al menos espera uno que sus asesores, en vez de hacer eco a estas bravuconadas o de celebrarle el cumpleaños, además, deberían prestarle atención en la ponderación requerida de funcionario público y de respeto a lo establecido en la formalidad colombiana asentida durante el momento de la posesión.

Sobre lo otro, lo del contrato que ha sido cuestionado, serán las autoridades de control y/o judiciales las que deben investigar los términos de la denuncia para poder decir la última palabra. Por el momento suena como un contrato que se debe mirar con lupa en donde podría estarse utilizando la plata sagrada de la educación para favorecer entronques político-religiosos con fines protervos. Habrá que esperar que la Justicia aclare lo que se deba aclarar. Mientras tanto, todos los ciudadanos nos debemos pronunciar en defensa de la educación pública ante los riesgos que se ciernen de nuevo sobre ésta. Debo ser franco: atacar el conformismo que arropa a nuestros pueblos es una tarea que exige temeridad y que requiere repensar y reconstruir algunos de los presupuestos fundamentales de la sociedad actual.

A todo esto… ¿Qué dicen los maestros que siempre han sido defensores de la educación pública?

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