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Un Congreso de sabandijas

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No son todos, pero si una mayoría, 280 congresistas en total, que legislan de espalda al país, anteponiendo sus intereses burocráticos, clientelista, corruptos e infestos.

Unos más que otros, en mayor proporción; se valen de tan honrosa dignidad entregada por el pueblo para incrementar sus ya mafiosas fortunas, hechas, eso sí, a costillas del ciudadano de a pie y del Erario.

Termina el segundo periodo de sesiones ordinarias, de un año legislativo lleno de escándalos, trampas, engaños, tretas y orangutanes y las palabras màs indicadas para calificar este nubloso y nebuloso período y que mejor describe lo hecho por los Honorables padres de la patria es: decepción, desilusión, desencanto, impotencia, rabia e indignación.

No cabe duda que el Congreso de Colombia está lleno de politiqueros y burócratas genuflexos que no desaprovechan cualquier hendija para escurrirse como sabandijas y esquilmar la plata destinada para resolver los graves y estructurales problemas de salud, de educación, de saneamiento básico, desempleo, superar la pobreza extrema y extirpar las desigualdades de clases que vive el pueblo colombiano.

Nosotros los ciudadanos de a pie con nuestra única arma que tenemos, el voto, tenemos la responsabilidad y el compromiso con nuestros hijos de elegir un nuevo Congreso que no pase de agache ante la dura realidad del paìs.

Cada hora que pasa el Congreso de la República nos cuesta a los colombianos en promedio 18 millones de pesos. Es decir, unos 13 mil millones de pesos al mes, lo que equivale a la no despreciable suma de $153 mil millones al año.

Aunque la realidad es otra. Analicemos estas cifras.

El salario de un congresista es de 34 millones 417 pesos. A esto se le suman, la Unidad de Trabajo Legislativo que vale 43 millones 890 mil pesos, alquiler de camioneta blindada, 11 millones, (si solo tiene una, hay unos que tres dos y tres, tiquetes aéreos por valor de 5 millones semanales.

De este modo, el costo total mensual por cada congresista y que pagamos todos los colombianos es alrededor de $94.307.150, solo por trabajar 8 meses al año, mientras la mayoría trabaja 365 días.

Pero sigamos haciendo cuentas: Si a ese costo mensual se multiplica por 280 congresistas, que es el número de legisladores, el costo al mes en total de gastos es de $ 26 mil 406 millones de pesos.

Sin lugar a dudas este periodo que termina, es quizás uno de los periodos màs inútiles y con saldo en roja para la democracia y el equilibrio de poderes.

Nos ofende a los colombianos que este congreso que prácticamente desapareció con la virtualidad en su vocación de indignidad y bajeza negó varios proyectos fundamentales para el desarrollo y progreso de este país y fue así como hundió la Matrícula Cero para 695 mil estudiantes, negó la prohibición del fracking y el de la explotación de los yacimientos no convencionales en Colombia, no aprobó la renta básica, negó la censura al Ministro de Defensa y negó ratificar el acuerdo de Escazú, tratado internacional, fundamental para proteger el medio ambiente, entre otros.

Para complacer al inútil y deslegitimado gobierno de Duque le aprueba una nefasta reforma a la Justicia, le otorga súper poderes a la Procuradora, aprueba una sobretasa a la gasolina, aprueba el ascenso del general Vargas y la muy importante ley del carriel.

Colombianos, Llegó la hora y el momento del pueblo. Nosotros a los que la gente “de bien” desprecian porque vivimos o provenimos de barrios marginados, no estudiamos en colegios privados, sino públicos, los que nos hemos movido o movemos en buseta, bicicleta o motos y no en carros de alta gama, los que queremos darle la vuelta a la realidad y derrocar esta élite enquistada en el poder por décadas. Nos vemos en el 22.

Rafael Martinez.

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