Por. Jesús Enrique Rebolledo Gil
Luego de la majestuosa presentación musical de la niña Valeria Paso Ayala, en medio de un evento de la gobernación del departamento donde otorgaba a Chibolo la pavimentación de una de sus calles, muchos he escuchado decir “que lindo canta esa niña” “que voz se gasta Valeria” y si, tremendo potencial tiene esta pequeña artista, pero también en su canto denota el sentimiento de los habitantes del departamento del magdalena, un pueblo que fue privado de calidad de vida durante toda su historia, un pueblo que moría de hambre, un pueblo donde nuestros niños eran engañados con alimentos vencidos y pagados a precio de oro dentro del plan de alimentación escolar, un pueblo donde no existían servicios médicos que garantizará la salud de la gente, un pueblo donde no existe empleo, un pueblo que los gobernantes acostumbraron a la miseria, pueblo donde nuestros niños morían por desnutrición, donde cada vez que llovía las inundaciones copaban sus calles y les desplazaban de sus casas, eso hicieron los gobernantes con nuestra gente, por eso el llanto de Valeria, porque Valeria quiere ser, quiere ser una gran artista, quiere sacar adelante a su gente, quiere construirle una casa a sus padres, quiere tener acceso a una mejor educación, Valeria y muchos niños del departamento ven en este nuevo gobierno una oportunidad de oro, única, para poder tener un futuro mejor, Valeria llora porque le duele lo que ha vivido en sus 10 años de vida, Valeria llora porque en medio de su canto recordó la extrema pobreza de su gente, pero Valeria llora también porque siente ilusión, porque se emociona al ver como al fin ha llegado el desarrollo a su municipio.
Samarios, magdalenenses, Valeria esta viviendo un sueño, no la despertemos! Sigamos construyendo futuro para nuestros niños, entiendan que cada vez que eligen un gobernante, eligen lo que quieren para sus hijos y nietos, vamos a seguir dando la oportunidad a Valeria y a los demás niños de que sueñen, de que vivan, demosle la oportunidad de que mañana más adelante sean ellos los que lleven los hilos de sus pueblos y ciudades, gracias Valeria por invitarnos a soñar!.
