El proyecto de ordenanza de adición presupuestal que la Gobernación del Magdalena presentó a la Asamblea y en donde la Mayoría no dejó que llegara a plenaria, hundiéndolo en el primer debate de la comisión primera, segunda y quinta, ya no será el “caballito de batalla” de esa mayoría de diputados enfrentados al Gobernador, mas por política que por defender los intereses del pueblo que los eligió.
Lo anterior, debido a que el Gobernador Carlos Caicedo, de acuerdo al Decreto 678 de 2020, proferido ayer por la Presidencia, podrá adicionar ese superávit y hacer las demás modificaciones a los rubros presupuestales que la Asamblea Departamental, sin un sustento jurídico, le había negado por vía de maniobras de esa Mayoría enfrentada al mandatario departamental por política.
Como se recordará, en horas de la tarde del viernes anterior, en una sesión virtual, la diputada Claudia Patricia Aarón, presentó la ponencia negativa al proyecto de ordenanza por el cual se adicionaba el superávit fiscal y se realizaban ajustes presupuestales a la administración departamental. La diputada, a través de su cuenta twitter argumentó que no aprobaron el proyecto de adición al presupuesto presentado por “@MagdalenaGober por tener vacíos jurídicos, falta de argumentación y lo peor, secretario ni equipo de Hacienda comparecen ante citación de diputados para responder por las dudas acerca del proyecto”, dijo.
Los votos negativos que recibió el proyecto para que se hundiera fueron puestos por: Gustavo Durán, Elizabeth Molina, Jair Mejía, César Pacheco, Claudia Aarón, Julio Alzamora y William Lara. Mientras que los diputados que votaron para que el proyecto siguiera fueron: Alex Velásquez, Martha López y Rafael Noya.
Para algunos entendidos en la materia, se trata nuevamente de un “triunfo divino” sobre las “maquiavélicas” intenciones de la desgastada clase de dirigentes orquestados para defender a los “viudos del poder” que no se resignan al resultado que dejaron las elecciones del 27 de octubre del año inmediatamente anterior.
En resumen, la oposición al proyecto de ordenanza de adición presupuestal presentada por los diputados de la Mayoría, resultó en vano y por ende un “triunfo” que se disipó sin pena ni gloria y, antes por el contrario, mostró las espuelas de los honorables diputados que se vanagloriaron de su hundimiento.
