ColombiaMagdalenaSanta Marta

Un nefasto nombramiento en el gobierno Petro que pasó de agache

Se trata de Sara Cervantes, ex gerente de Aguas del Magdalena en el peor momento de la politiquería tradicional.

A propósito de la preocupación que tienen los sectores del progresismo magdalenense por los nombramientos del nuevo gobierno de Gustavo Petro, se suma otra magdalenense que tiene más vínculos con la politiquería tradicional que cualquier otra.

Se trata de Sara Cervantes quien hace 15 días fue nombrada por el gobierno Petro como asesora de la nueva ministra de Ambiente, Susana Muhamad.

La que sacó pecho por la noticia fue la politiquera tradicional Elvia Mejía Fernández, quien hizo campaña para Fico Gutiérrez y ahora está pidiendo puestos en el Alto Gobierno.

En el trino, que compartimos, la siempre miembro de los clanes tradicionales celebra que Cervantes ingrese porque tiene “gran experiencia para servirle a Colombia”.

Experiencia tiene pero en malos manejos de entidades, como es el caso de Aguas del Magdalena.

Resulta que la señora Cervantes no rindió adecuadamente informe sobre los trabajos, de infraestructura, de acueductos y alcantarillados en los diferentes municipios del Magdalena, los cuales en algunos casos han presentado fallas.

Una de las que más la criticó por allá en 2015 fue la diputada Claudia Aarón, quien afirmó que Aguas del Magdalena era una ‘empresa enterradora de tubos’, al tiempo que mostraba su preocupación por la situación que se vive en los municipios del Departamento, por el tema del agua potable que en la gran mayoría, a pesar de que le han construido acueductos, los municipios carecen de este elemental servicio.

«Especialmente el municipio de Puebloviejo, que a pesar de ser uno de los pocos que canceló puntualmente todo los años, el convenio del Plan Departamental de Agua Potable, no se ha cumplido,“No entiendo la razón, por la que esta entidad, no ha solucionado la problemática y que a estas alturas, en el municipio de Puebloviejo, sus habitantes, tengan que estar comprando el agua, en canecas o en los carro tanques, circunstancia totalmente perjudicial para la economía de estas familias, vulnerables en su mayoría, que tengan que pagar 2.000 pesos por un poco del preciado líquido».

Se metió el lobo a la casa de la ministra Muhamad.

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