En 1985, un grupo de cinco polizones fue descubierto por la tripulación de un barco coreano en alta mar y frente a la costa norte colombiana, fueron lanzados después al océano por la desalmada tripulación, comenzando así para ellos, compatriotas oriundos de Buenaventura, toda una odisea, ya que tuvieron que nadar por cuatro días y tres noches en busca de tierra firme, la cual por fin hallaron una mañana cuando llegaron a una playa de Ciénaga, municipio del Magdalena.
Los náufragos arribaron deshidratados y hambrientos, pues solo se alimentaron con agua salada durante su travesía de alta mar, además, con quemaduras de hasta primer grado por haber estado expuestos al sol durante esos días en que se mantuvieron nadando para no morir.
Sin embargo, uno de ellos, no alcanzó a contar su drama ese día, puesto que falleció ahogado cuando solo le faltaba una milla náutica para arribar a la bahía cienaguera.
En la foto, aparezco yo entrevistando a los polizones que sobrevivieron esa vez, en la estación de la policía de Ciénaga.
La crónica completa, supervisada por el entonces jefe de redacción de El Informador, el legendario José Orellano, está en la edición impresa del diario de ese año.
Cordialmente:
Álvaro Cotes Córdoba.
