El fallo y ratificación por parte del magistrado Dagoberto Hernández Peña del Tribunal Superior de Bogotá, quien confirmó la decisión de no dictar medida privativa de la libertad al gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, tras el recurso de reposición presentado por la Fiscalía, intensificó aún más el lloratón de los viudos y huérfanos de poder del Magdalena.
Los viudos y huérfanos de poder del Magdalena, derrotados y sacados del poder del Magdalena por el hoy Gobernador del Magdalena en 2019, tenían como última esperanza para lograr lo que no pudieron democráticamente en las últimas elecciones, separar de su cargo y con la utilización de la Fiscalía a cargo del aliado uribista declarado, Francisco Barbosa, al mandatario elegido contundentemente por el pueblo.
No obstante, la mala vibra y las maquiavélicas actuaciones para tumbar lo que el Pueblo eligió, volvieron a actuarles como un bumerang y el resultado le fue contrario a sus malos e intencionados deseos.
El Tribunal Administrativo de Bogotá ratificó que no habrá medida de aseguramiento para el Gobernador y les mandó un mensaje subliminal: No insistan, con la Justicia tampoco puedan frenar el Cambio en el Magdalena.
Como se sabe, los políticos de familias y clanes tradicionales que siempre habían gobernado el departamento del Magdalena, comenzaron toda una “guerra” en contra de quien los separó de la ubre y en la cual han utilizado hasta a los órganos judiciales del Estado, para conseguirlo.
Pero así como esos clanes y familias, considerados los viudos de poder del Magdalena, están igualmente los apodados huérfanos de poder, aquellos que se beneficiaron cuando los viudos gobernaban.
Dicen que el lloratón se prolongará hasta el fin de semana venidero.
