MagdalenaOpiniónSanta Marta

La verdad del dueño de Opinión Caribe

A Víctor Rodríguez lo trajo de Barranquilla Chico Zúñiga como arquitecto que es, para que administrara el proyecto del Centro Comercial Buenavista.

Una vez culminó el proyecto, se quedó en la ciudad, porque los Zúñigas y Cotes gobernaban. Sin embargo, le salió una opción de trabajo con la Funeraria Los Olivos, la cual iba a construir una sede propia.

Le adjudicaron el contrato y le adelantaron la mitad del costo de la obra, pero nunca la empezó. Los Olivos lo demandaron, para que regresara el dinero, pero pasaron cinco años y no lo hizo.

Hasta el momento se desconoce si Los Olivos recuperaron el dinero.

No obstante, mientras se defendía de esa demanda, abandonó su profesión y creó un medio de comunicación, para realizar contratos con la Gobernación, ya que los Cotes, cuñados de Chico Zúñiga y esposo de Rosa Cotes, gobernaban el Departamento.

Y le fue muy bien, pues los contratos superaban los 300 millones de pesos. No obstante, al perder los Cotes y familias tradicionales la Alcaldía con Carlos Caicedo, el amigo de los Cotes y Zúñiga, comenzó a ejercer una extorsión con anuncios de investigación en contra de los nuevos gobernantes de la ciudad.

Pero no le hicieron caso y empezó su persecución mediática y cuando los Cotes, Zúñigas y demás clanes, volvieron a perder el poder en la Gobernación del Magdalena con Carlos Caicedo, el susodicho “periodista” se quedó huérfano y no le tocó más que seguir atacando a los nuevos gobernantes.

El arquitecto hoy es un “periodista” por necesidad y así lo demuestra a diario en sus redes sociales, inventando memes y calumniando sin cesar. Ejerce un periodismo al estilo uribista, para intentar sacar tajada o que le den algún contrato millonario como le dieron sus amigos los Cotes y Zúñigas.

Lo que le preocupa es que sus amigos políticos, Cotes y Zúñigas, no volverán más al poder y le tocará cerrar la página web con la cual usufructó millones de pesos del erario del Departamento, mientras estuvieron los amigos Cotes y Zúñigas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cerrar