Hoy hace 35 años Luis Herrera escribió una gran página para el ciclismo colombiano al ganar la etapa 14 del Tour de Francia del año 1985, imponiéndose en una de las etapas míticas de la ronda gala, la que termina en alto en Saint-Étienne y lo hizo nada menos que ante el intocable del momento, Bernard Hinault.
Ese Tour fue ganado por el francés Hinault, pero mostró al mundo la nueva generación del ciclismo colombiano que conquistaría las montañas orbitales.
Hoy recuerda como se planificó el ataque, “me acuerdo que esa vez hicimos la curva, le dije a Rafael Acevedo que en la subida me sacara del grupo. Así se hizo, salí, me fui. Creo que pasé con un minuto pasado en el premio de Montaña”.
“Ya bajando, finalizando, una curva, había un poco de brea, que echaban por allá y que con el calor se derrite. Era una mancha grande. Iba rápido, no podía frenar. Me por la orilla, desafortunadamente alcancé a coger la gravilla. Ahí se me descargó la bicicleta”
“El Jardinerito” de Fusagasugá como fue bautizado agregó que, “recuerdo fueron cosas tan rápidas que más me demoré en caerme que en parar para volver a coger la bicicleta para seguir”.
“Yo me dije, aquí voy a ganar la etapa. Faltaban como tres o cuatro kilómetros. Estaba cerca”, afirmó. “Me monté, recuerdo que la bicicleta quedó con un desperfecto, pero yo podía seguir ahí. Después iba pedaleando duro porque la dirección me quedó torcida”.
Respecto a la sangre que le bañaba la cara expresó, “sobre la barra de la bicicleta vi que comenzó a gotear algo. Dije, estoy sudando o qué. Ahí fue cuando miré el tubo y me di cuenta que estaba goteando sangre”.
Así escribió el nombre de Colombia en lo más alto del ciclismo mundial, como lo han hecho los ciclistas colombianos en todas partes del mundo, especialmente en las cumbres más famosas.
