En el transcurso de esta semana se estaría definiendo la suerte del ex presidente Álvaro Uribe Vélez, uno de los políticos más poderosos e influyentes del país y quien dependiendo del resultado final podría convertirse en el primer ex presidente en ser acusado formalmente por la Fiscalía, por delitos que prevén hasta 12 años de cárcel o si el caso en su contra, que ya le costó 67 días de detención domiciliaria, precluye.
Se ha conocido que el fiscal del caso, Gabriel Jaimes, aún tiene programadas para esta semana las últimas audiencias de legalización de pruebas, incluidos los hallazgos de las SIM cards incautadas en prisión al testigo estrella, Juan Guillermo Monsalve.
Por su parte la defensa del ex presidente Uribe, en cabeza del jurista Jaime Granados, no descarta que allí aparezcan datos que confirmen que Monsalve es un testigo mentiroso y que ocultaba mensajes y llamadas con el senador Iván Cepeda, víctima y promotor del caso contra Uribe.
De hecho, Granados dice que la negativa del testigo de rendir la declaración jurada a la que fue citado el miércoles muestra que tiene miedo a ser confrontado.
Pero Miguel Ángel del Río, defensor de Monsalve, asegura que quienes están “aterrorizados” son Uribe y su defensa: “No han podido, jurídicamente, desacreditar las aseveraciones de Monsalve. Él ha mantenido la verdad y por eso hoy es un perseguido”.
Además, señaló que Monsalve estará listo a ratificarse en las declaraciones que le dio a la Corte solo si se decide acusar al ex presidente.
Lo claro es que, sin importar si el fiscal Jaimes acuse o precluya, se da por descontado que la contraparte apelará de inmediato, prolongando la batalla judicial y los efectos políticos del proceso contra el ex presidente Álvaro Uribe Vélez.
