Santa Marta

Las estrategias en las campañas políticas ya no son como antes

 

Una aspiración política para la Alcaldía de Santa Marta, por estos tiempos, debe de estar bien engranada, costeada y por supuesto, muy bien promocionada. A esta conclusión llegué después de las dos últimas campañas que llevaron a un mismo movimiento a subir dos alcaldes y un próximo tercero.

No podría comparar las campañas de ahora con las de antes por una muy primordial razón: antes no se contaba con el entramado de comunicación que hay hoy en día. Si bien existían periódicos, radio, televisión y revistas, no estaban las redes sociales.

Sin embargo, para algunos políticos, la transición a las redes sociales todavía les cuesta y aquí en Santa Marta les ha dado duro aprender a utilizarlas muy bien ni siquiera porque el movimiento político que ha mandado la parada en los últimos ocho años les ha demostrado cómo hacerlo.

Es mas, aún hoy, en estas últimas campañas proselitistas se evidencia todavía su mal empleo y siguen arraigado a la forma tradicional de cómo se hacía proselitismo antes de los últimos ocho años.

Yo entro, por ejemplo, a la sede de la campaña de Carlos Caicedo y Virna Johnson y noto la diferencia enseguida. Veo un enjambre de jóvenes ocupados, haciendo algo: escribiendo frente a computadores, llamando por celulares en una especie de “call center” con un solo fin, buscar votos de opinión.

No se ve a nadie esperando hablar con los candidatos, los cuales están ocupados en otros menesteres también importantes y con otras directrices superiores.

En cambio, uno va a las sedes de los otros aspirantes y encuentra lo que uno veía antes: gente sentadas a la espera de hablar con el candidato para ofrecerse como votante y buscar muchos más a cambio de una ayuda.

Ya esta última forma está mandada a recoger, porque está recomprobado que no solo es un desgaste para los candidatos, quienes la mayoría de las veces terminan enojados y agotados de tanto atender a la gente y de decirle a todos lo mismo.

Tal vez esa manera antigua podría utilizarse todavía, pero para las candidaturas a cargos más pequeños como concejales o diputados e incluso para senadores y representantes, no obstante, para la Alcaldía y Gobernación no, porque demandan más cantidad de votos y sobre todo, muchos votos de opinión.

En resumen, los comandos políticos no son sitios para atender a los posibles votantes, a los cuales hay que salir a buscarlos a través de visitas a sus barrios o por las redes sociales y celulares. Los comandos son los lugares donde se definen y realizan las estrategias a fin de conseguir los votos que llevarán a la victoria del candidato, en poca palabras, son los fuertes donde el ejército de colaboradores, reclutados durante la campaña, trabajará para que el día de las elecciones, el candidato vea el fruto de sus esfuerzos voluntarios y unánimes.

*Por Álvaro Cotes Córdoba*

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