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El dinero público de los samarios está en manos de las mafias

Los patrocinadores de la campaña de Carlos Pinedo Cuello en un mes se han tomado las Secretarías y jefaturas de la Alcaldía como quien hace efectivo un cheque en blanco. Su propósito es cobrar lo que aportaron en la campaña, especialmente en la compra de votos y el constreñimiento electoral en la Troncal del Caribe en asocio con grupos armados.

Las mafias llegaron a recobrar el poder, manejar la chequera, a facturar para sus bolsillos lo que en 12 años dejaron de percibir.
La tarea de Pinedo era solo una: construir un gabinete que respondiera a esas casas politiqueras que por décadas desangraron al Distrito.

Sin escrúpulos, se rodeó de parapolíticos, narcotraficantes y paramilitares, configurándose el ‘Pacto de los Pinedos’. Así se repartió la burocracia en la Alcaldía ilegítima:

1. La ‘joya’ del secretario de Hacienda

Gonzalo Martín Gutiérrez Díaz Granados, es la cuota de los Char en el gabinete de Pinedo, también obedece las órdenes del clan Cotes, que desde Europa le dicen qué hacer.

Este oscuro personaje, tiene una condena por el delito de estafa y una pena de 3 años de cárcel. La decisión fue confirmada por la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema luego del fallo del Juzgado Cuarto Penal del Circuito Judicial de Santa Marta en 2003.

A pesar de este escándalo Rosa Cotes lo nombró como Secretario de Hacienda en 2016. Y como si fuera poco, Gonzalo tiene comprometida su responsabilidad en el delito de peculado por apropiación, celebración indebida de contratos, contrato sin cumplimiento de requisitos legales y falsedad ideológica en documento público por hechos ocurridos en 2006.

El chiste, que no es tan chiste, se cuenta solo, el dinero de los samarios es “custodiado” por un funcionario cuestionado por sus actos en el manejo de los recursos.

2. El heredero del ‘Pacto de Chibolo’

El gabinete de Pinedo es una pista de aterrizaje, David Farelo Daza, exalcalde de Ariguaní y hermano del senador de Cambio Radical, Carlos Mario Farelo, terminó al frente de la Secretaría de Promoción Social. Lo llamativo del nombramiento no es sólo el obvio desconocimiento de quien llega al cargo, sino la herencia y lo que representa su apellido materno.

La madre de ambos políticos aparece inscrita en una de las páginas más escandalosas de la parapolítica magdalenenses: el ‘Pacto de Chibolo’, firmado el 28 de septiembre del 2000, en el corregimiento de La Estrella.

Zuni Daza de Farelo, en su calidad de concejal del municipio, asistió al llamado de Neyla Alfredina Soto Ruiz, alias ‘La Sombrerona’, jefe política de las AUC en el Magdalena, junto a 700 políticos, entre candidatos y electos, citados por orden de ‘Jorge 40’.

3. La cuota de los Daabones

Observar a Juan Carlos Dávila Abondano, día y noche durante los 24 días que tardaron los escrutinios en Santa Marta, era de suponer que quería su tajada en la administración de Pinedo, más temprano de lo que se esperaba, con una triquiñuela auspiciada por la Personería distrital, CAPICU usurpó la gerencia de la ESE Alejandro Próspero Reverend.

Este cargo se lo dio al exalcalde de Aracataca Luis Emilio Correa, quien ha tenido la instrucción de cansar a los contratistas que quedaron de la gerencia anterior para que presenten sus renuncias y poder rifar las plazas a sus patrones políticos.

4. El inexperto de ‘Chelito’

José Domingo Dávila Morales, ‘Chelito’, ha intentado de todas maneras a la Asamblea del Magdalena y a la Cámara de Representantes, pero ninguna le ha funcionado, el pasado le pesa y el pueblo no perdona a los políticos que comulgaron con paramilitares, aquellos que mancharon la democracia. Como cuota de Cambio Radical llegó a gerenciar el Instituto de Turismo, sin experiencia en la rama.

‘Chelito’ es hijo del condenado por parapolítica José Domingo Dávila Armenta, exgobernador del departamento, firmante del Pacto de Chibolo. La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia lo condenó a siete años y seis meses de prisión por el delito de concierto para delinquir agravado. Pero además la Corte ordenó abrir investigación en su contra por su responsabilidad en los delitos de lesa humanidad cometidos por el grupo paramilitar con el cual se alió.

José Domingo, es sobrino del condenado Eduardo Dávila, que en 2013 el Juzgado Cuarto de Ejecución de Penas de Barranquilla lo condenó por el delito de homicidio, en calidad de autor intelectual del crimen de Carmen Vergara.

5. Luchito y Lucho, un lazo de parapolítica

Luis Eduardo Vives González, fue nombrado como gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano Sostenible (Edus), el liberal que ocupó una curul en la Asamblea del Magdalena, también tiene un hilo que lo mueve detrás de bambalinas, su papá, Luis Eduardo Vives Lacouture, es el pecado que lo acompaña.

Luis, padre, como senador de la República fue condenado por La Corte Suprema de Justicia tras comprobar sus vínculos con el Frente Resistencia Tayrona, grupo paramilitar que delinquió en Magdalena, especialmente en la Sierra Nevada. Aunque en 2013 quiso que el Consejo de Estado levantara la inhabilidad para ejercer cargos públicos, este ente de justicia no reversó dicha decisión.

6. Un coronel sin pena y sin gloria

El coronel en retiro Gustavo Berdugo Garavito, es el secretario de Seguridad, pero para hacerle honor a la verdad, con su llegada no ha habido un control sino un desborde del sicariato, enfrentamientos entre bandidos y un panorama de inseguridad.

Su bajo rendimiento como comandante de la Policía Metropolitana obligó a que la cúpula de la Policía Nacional lo trasladara. Sólo en el mes de enero de 2024 se reportan 14 homicidios en la capital del Magdalena. ¿Por qué reencauchar a un funcionario que pasó sin pena y sin gloria?

7. El camaleón Velásquez

Álex Velásquez, la cuota del Partido Conservador, salió de la Asamblea departamental para aterrizar en la Oficina para la Gestión del Riesgo y Cambio Climático del Distrito (Ogricc). Se acomoda al político que más le convenga, ahora, su cargo es respuesta del ‘Pacto’ de Carlos Pinedo con los godos que le apoyaron.

8. Un misógino en el gabinete

Pinedo tiene de todo en su gabinete, desde herederos de la parapolítica y el crimen, hasta un misógino, se trata de Luis Felipe Gutiérrez Castillo, Secretario de Infraestructura.

El cuestionado, quien también fue jefe del empalme, empezó una cacería en contra de una exfuncionaria a quien la amenazó y a quien años atrás había golpeado salvajemente. Lo peor del caso es que la actual administración ha tratado de opacar este escándalo, deslegitimando la versión de la víctima.

La lista sigue, porque la rifa de los puestos públicos a las mafias y partidos políticos, es el principal compromiso de Pinedo.

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