Nuestros pobres indicadores de competitividad en el Magdalena

Cada año, el Consejo Privado de Competitividad publica su ya tradicional índice Departamental de Competitividad (IDC) que permite, como dice el propio informe, “identificar los retos y lecciones aprendidas en materia de competitividad que comparten los departamentos de una misma región”.

En el Magdalena poco se ha hablado al respecto. Probablemente por la mediocridad de los datos revelados por el índice, auspiciado por la Universidad del Rosario.

En 2019, de acuerdo al informe, el resultado de Magdalena fue 4,77 sobre 10, ocupando la posición 18 entre los 32 departamentos y el distrito capital de Bogotá. Calificación muy pobre que, entre otras cosas, se mantuvo igual de 2018.

Desglosando los indicadores, las preocupaciones aumentan. Entre las 32 entidades evaluadas, el Magdalena ocupa el lugar 25 en sostenibilidad ambiental. Este punto es importante teniendo en cuenta que esta zona del país basa buena parte de sus ingresos en el turismo. Propios y foráneos escogen a Santa Marta por su riqueza natural y esta, en relación a otras zonas del país, no es preservada.

Dentro de ese rango, el departamento está en el lugar 24 de 32 en educación básicva y media, producto de los indicadores educativos que se han arrastrado sin solución alguna en esta zona del país, sumado al de mercado laboral que se sitúa en la posición 21. Esta última también se explica por los altos índices de informalidad que, de acuerdo a entidades como Fenalco, están por encima del 60%.

En el lugar 13, el mejor de todos los ítems analizados, se encuentra la infraestructura.

Como podrá entender, amigo lector de Cambio24, hay muchos retos que asumir desde la tierra del olvido. Las mismas podrán ser evidenciadas luego que pase la pandemia mundial por Covid-19 que, como en todo el país, está concentrando todos los esfuerzos de la administración departamental de Carlos Caicedo.