MagdalenaSanta Marta

Con placas o sin placas, el cambio no se detiene

Los viudos y huérfanos de poder del Magdalena están felices porque un juez ordenó desmontar las placas que dan crédito a los tres últimos y actuales gobernantes de la ciudad.

Sienten que es un triunfo o que le ganaron una a los gobernantes que han traído el cambio a Santa Marta.

Al parecer, como que no toleraban ver tantas placas recordándole a los samarios bajo los gobiernos de quién se hicieron y seguirán haciéndose las obras.

Se trata mas de la expresión de un resentimiento escondido que de intentar hacer algo por la ciudad.

Están dolidos, porque les quitaron el poder que ostentaron por muchos años,  eso todo el mundo lo sabe y entiende, pero lo que nadie comprende es por qué no aceptan las consecuencias de sus propios actos, ya que por ellos fue que perdieron la simpatía del pueblo.

Y tampoco es que el actual Gobernador les robó esa simpatía, haciendo apología con el odio, como todos ellos se imaginan, no. Fueron ustedes mismos los que se hicieron odiar con el pueblo con tanto cinismo o hipocresía.

Caicedo lo único que hizo fue abrirles los ojos a los samarios y ahora a todos los magdalenenses, a la vez que los llenó de confianza, para que se sientan seguros de que mientras él esté gobernando, los que lo hicieron por tanto tiempo y no le hicieron casi nada al Magdalena, se mantengan bien alejados de las arcas del Departamento.

Claro que si no quieren seguir viendo más placas en las obras de los actuales gobernantes, van a tener que taparse los ojos o irse de la ciudad y no volver a saber de ella ni siquiera por Internet, porque el cambio no se detiene ni se detendrá, con placas o sin placas.

Por Álvaro Cotes “El Bueno”

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