Si bien se trató de dos victorias preliminares, que no afectarán el resultado de las votaciones de ambos el próximo 27 de octubre, al menos indica cuál de los dos ha recibido una mayor aceptación por parte del pueblo.
En efecto, esas dos victorias se registraron, primero, en la recolección de las firmas, pues mientras Caicedo recogió 550 mil, el Mello reunió 416 mil. Y segundo, en la demostración que cada uno quiso hacer durante sus respectivas inscripciones, cuando cada uno convocó a sus seguidores, ganándose esa otra demostración de poder ante el pueblo, el líder del movimiento naranja.
El Mello quiso mostrar una mayor concentración o poder de convocatoria y por poco lo logra, no obstante, faltaba ver la de Caicedo, del que poco se sabía hasta una hora antes, por cuanto se decía que estaba en Chile y no iba a poder llegar a tiempo a su inscripción. Además, noticias falsas como la que le inventaron al corresponsal de El Heraldo sobre que Caicedo había sido inhabilitado en segunda instancia por el Procurador General, trataron a toda costa de diezmarle la inscripción al exrector de la UM.
No obstante, su aparición por una larga y ancha fila de hombres y mujeres con prendas de vestir salmón y banderas del mismo color, marchando sobre la avenida del Libertador con dirección a la Registraduría y con arengas como: “A mi no me pagaron, yo vine porque quise”, echaron abajo toda esperanza de que no se iba a poder inscribir.
Fue una demostración más del poder de convocatoria que ha tenido intacta desde sus inicios ese movimiento político. Lastimosamente a su llegada a la Registraduría, la concentración popular por poco termina en un linchamiento, cuando una pareja, al parecer oriunda de Venezuela, que habría sido contratada, lanzó un par de huevos contra los dos candidatos, Virna y Caicedo, cayéndole una de esas posturas a la pequeña hija de la aspirante a la Alcaldía.
La Policía pudo capturar al hombre cuando trataba de huir y lo protegió de inmediato, para que un grupo enradecido de jóvenes que intentaba hacer justicia con sus propias manos no lo golpearan. Por fortuna para el lanzador de huevos, los iracundos se calmaron y permitieron que los uniformados se lo llevaran preso en una radio patrulla.
Una hora antes, la Policía había retenido a dos muchachos por el mismo lugar con media docena de huevos en sus manos. Pensaron que se lo habían sustraído del Ara cercano y los condujeron hasta ese lugar para comprobarlo, pero allí les confirmaron tras ver las cámaras de seguridad que ni siquiera habían ingresado a ese supermercado. Lo anterior hace pensar que no se trató de una acción fortuita en la que la pareja, por rabia, lanzó los huevos, sino en una acción premeditada, enmarcada dentro de un plan que buscaba sembrar el caos y sabotear lo que hasta en esos instantes le había salido “todo bien, todo bien” a los dos aspirantes por Fuerza Ciudadana.
Al final, siguió triunfando la democracia y sin más contratiempos, Caicedo y Virna se inscribieron. Ahora habrá que esperar lo que ocurra en la batalla final, en donde se sabrá verdaderamente quién es más fuerte o tiene mayor poder de convocatoria de votos, los cuales son los únicos que podrán consagrar a cada uno.
