Colombia

El chisme vence la curiosidad en las redes sociales e Internet

Por Álvaro Cotes "El Bueno"

Alguien un día me pasó un video de una veterana y muy educada dama, en el que ella habla sobre un supuesto cuento de Gabriel García Márquez llamado “Las sandalias negras”.

A mi me quedó sonando acerca de la autoría de ese cuento por cuanto he leído muchos escritos de Gabo desde cuando él escribía una columna domimical en El Espectador y nunca leí que escribió algo sobre las sandalias negras, además de que ese no era el estilo de su prosa.

Por eso me puse a indagar a través de la biblioteca electrónica mundial llamada Google y, ¡EUREKA!, encontré lo que temía: La verdadera autora de ese escrito es una escritora de Puerto Rico, llamada MARISEL HILERIO RIVERA.

Lo que más me llama la atención de este ejercicio que acabé de hacer es que, a pesar de que hay en el Internet una facilidad pasmosa de averiguar con tan solo un click sobre las cosas, la gente insiste en tener una pereza mental de ni siquiera intentar averiguar si es cierto o mentira y, en cambio, prefieren darlo como un hecho comprobado y digno de, incluso, hacer vídeos o algún otro escrito refiriéndose al falso escrito del ilustre escritor colombiano y replicarlo o echarlo más adelante como si fuera cierto.

Lo anterior demuestra una vez más que el chisme se apoderó ya de las redes sociales y de él no se ha escapado nadie ni siquiera los que están llamados a corroborar primero para no desinformar.

La verdadera autora de ese cuento sobre Las sandalias negras es MARISEL HILERIO RIVERA, la escritora puertorriqueña, quien en un reportaje en una revista uruguaya, ella misma lo confirma cuando dice cómo logró escribir “Las sandalias negras”:

“El 29 de septiembre de 2018, estaba en el cementerio, enterrando a un familiar. Ese día iba a estrenarme unas sandalias nuevas, pero como estaba lloviendo, decidí no estrenarlas para no mojarlas. Allí en el cementerio y cerca de la tumba de mi madre recordé unas sandalias negras que le había dado dos meses antes de su muerte. Mi madre estaba sana o así creíamos, un 15 de agosto de 2003 entró al hospital y un mes después, casi sin despedida, el 16 de septiembre de 2003 murió de un cáncer terminal. En el cementerio durante la ceremonia de mi familiar, al estar cerca de la tumba de mi madre, reviví el momento en que le había regalado las sandalias negras y recordé que al otro día se las estrenó. Esa fue una de sus últimas lecciones de vida, “no dejes nada para mañana, que se nos puede ir la vida, esperando”. Allí entre tanta gente que murió con sueños por hacer, sentí vergüenza de esperar por la vida, en lugar de vivirla. Allí mismo escribí las sandalias negras; allí mismo tomé la foto de una tumba que aparece en el escrito”.

Aquí el Link del reportaje a la escritora:
http://www.raicesuruguay.com/raices/hilerio.html

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