A partir de los resultados electorales que acaban de suceder en Colombia y especialmente en el Magdalena, se empieza a escribir una nueva historia en la geopolítica de este departamento, que durante más de un centenario estuvo en poder de la mafia política tradicional que lo llevó al más profundo atraso de pobreza, hambre, miseria, analfabetismo, desempleo, pésima calidad en salud, educación e infraestructura vial.
Ejemplo de esto es el actual gobierno del Presidente Iván Duque Márquez del Partido Centro Democrático del judicializado Álvaro Uribe Vélez, quien se ensañó en contra del gobierno progresista de Carlos Caicedo y de Virna Johnson, al punto que para desviar el manejo de los recursos, creó la estrategia maquiavélica del denominado PACTO DE CIÉNAGA, al que le caminaron prácticamente todos los alcaldes municipales del Magdalena, en busca de una figura, que les permitiera manejar directamente los recursos de transferencia de la nación para sacar de tajo al Gobernador Caicedo, tiro que le salió por la culata.
Hoy ante los resultados que contundentemente colocan a Petro en la silla de la Casa de Nariño, con un total de 11.279.917 Votos a favor contra los 10.576.617 Votos de su opositor Rodolfo Hernández; Petro es el nuevo presidente de Colombia y los alcaldes que ciegamente le caminaban y respondían a la Mafia Política del Magdalena, tendrán que decidir ahora si le continúan respondiendo a esa mafia los Cotes, Pinedo, Diazgranados, sin respuesta positiva para cada uno de los Entes municipales, continuando sumidos en el hambre, miseria, pobreza e ignorancia o se montan en el tren del progresismos del gobierno del Pacto Histórico.
El tiempo le acaba de dar la razón al gobernador Caicedo, líder natural del progresismo político de izquierda en el Magdalena, mano derecha del Pacto Histórico de Gustavo Petro, en esta región del país. El Pacto de Ciénaga nació muerto y ahora recibe entierro de pobre, como pobre fue ese proyecto de Duque con los alcaldes que lo apoyaron.
