Los momentos fructíferos de miles de venezolanos en Colombia, prácticamente está llegando a su fin.
Por: Jorge Luis Urbina Mejía
Las familias que huyeron de la mala situación, producto del bloque económico impuesto por Estados Unidos, entre otros, de alimentos y medicinas para la salud, los obligaron a salir de su nación.
Aquí encontraron una forma de vida con el comercio informal, las ventas ambulantes y estacionarias y el rebusque en los semáforos, por mencionar algunos negocios.
Pero a la tragedia de haber dejado su nación, hogares, parientes y amigos para tener que adaptarse a un sistema totalmente extraño, cuando ya estaban logrado el objetivo, surgió un nuevo enemigo; la Pandemia del coronavirus.
Aunque no vivían una vida muy cómoda, muchos de ellos, se las ingeniaban para vivir. Varias familias o personas bajo un mismo techo, alimentación y ropa básica.
El objetivo es ahorrar y gastar menos, para sustentar padres e hijos en los hogares venezolanos, considerando la devaluación del Bolívar, su moneda, producto también del bloqueo del gobierno de los Estados Unidos de América.
Pero llegó el coronavirus y con él, los efectos colaterales de la pandemia a la economía. Las medidas de bioseguridad de aislamiento, cuarentena, ley seca, pico y cedula, entre otros, desestabilizó el comercio, las industrias y las organizaciones, que produjo el encierro preventivo obligatorio y el teletrabajo.
Por supuesto, la dinámica cambió especialmente para los venezolanos migrantes, que al no encontrar gente en las calles y la actividad del día a día se perdió paulatinamente; prácticamente entonces, desaparece la fuente del fruto de su sustento.
A esto se suma, el hecho que las autoridades de Policía, deben hacer cumplir las normas de aislamiento, para evitar la multiplicación de los contagios por covid-19, hecho este que ahondó más la crisis social y económica de los venezolanos en Colombia.
EL RETORNO A SU PAÍS DE ORIGEN
Muchos venezolanos han decidido retornar nuevamente a su país de origen. Miles de ellos tomaron la iniciativa considerando la precaria situación que están viviendo y el problema de salubridad al que están expuestos.
Los que lograron guardar algunos pesos o conseguir apoyo particular o del Estado, han regresado en buses y vehículos, Otros lo están haciendo de a pié.
Para los caminantes el drama se vuelve aún más catastrófico, enfrentado las adversidades de clima, peligros en la vía, muertes y enfermedades.
Muchos atraviesan en plena marcha todo el norte del Caribe colombiano, procedentes de los departamentos de Bolívar, pasan por el Atlántico, Magdalena y La Guajira vía a Paraguachón, frontera colombo-venezolana al extremo norte después del municipio de Maicao.
Tienen hambre, sed, están cansado, desmotivados y golpeados psicológicamente. Quieren que esta horrible pesadilla, acabe ya.
En este largo peregrinar van mujeres en estado de embarazo, niños y niñas y adultos mayores, todos con el firme propósito de cruzar la frontera que les indique que ya están de nuevo en su amada República Bolivariana de Venezuela.
APOYO HUMANITARIO A LA REPATRIACIÓN DE VENEZOLANOS
Mediante un acto humanitario, la Alcaldía de Santa Marta, apoyó la repatriación de un grupo de venezolanos, residentes en Colombia que habían quedado deambulando por la troncal del Caribe en su intento por regresar a su país.
En el grupo se encontró una mujer embarazada; quince niños y niñas, cinco mujeres y hombres para un total de 47 personas protegidas.
De acuerdo al testimonio que entregaron los migrantes, muchos procedían del departamento de Bolívar y otros de Santa Marta, a quienes no les permitieron transitar por territorio guajiro y optaron por regresar, quedando prácticamente a la deriva en el corredor de la troncal del Caribe, en jurisdicción del corregimiento de Guachaca.
La situación de estas personas fue puesta en conocimiento de las autoridades en el Distrito, que de inmediato activó la ruta de atención para garantizar condiciones humanitarias a este grupo de migrantes.
la Alcaldía dispuso de tres buses que transportaron a estos 47 venezolanos hasta su país a través de una ruta, prevista y coordinada directamente por la alcaldesa Virna Johnson.
Posteriormente un nuevo grupo de venezolanos también fue apoyado por la alcaldía de Sata Marta para retornar a su país de origen y ser repatriados.
Fueron 65 mujeres, otras 6 embarazadas; 33 niños, 3 adultos mayores y 2 con discapacidad, recibieron toda la asesoría necesaria y la asistencia para cumplir con el proceso de repatriación.
La actividad humanitaria es desarrollada por la Alcaldía Distrital, a través de la Secretaría de Seguridad y Convivencia Ciudadana, la Secretaría de Gobierno, la UDEP, Salud Distrital con Personal Médico del CRUE; Policía Metropolitana y Migración Colombia.
