Mientras la vida en la ciudad se torna cada día más difícil a raíz de la pandemia del coronavirus, que implica una larga y tediosa cuarentena de bioseguridad, la vida silvestre ha recibido una segunda oportunidad y está multiplicándose vertiginosamente.
Es el ejemplo palpable del Parque Nacional Natural Isla de Salamanca, ubicado entre las ciudades costeras de Barranquilla y Santa Marta, con un inmenso lago de agua salobre, bañado por los ríos que bajan de la Sierra Nevada de Santa Marta y el mar Caribe, por el otro extremo.
El aislamiento del ser humano, acompañado de la paz y tranquilidad que esto produce, está provocando que la fauna de este lugar se reproduzca a pasos agigantados, observándose la presencia de nuevas especies de caimanes agujas con 25 nacimientos, en el sector de los cocos de esta área protegida.
Las características de este crocodylus acutus, es un reptil de gran tamaño, que habita tanto en sistemas de aguas salobres e hipersalinas como dulces, incluyendo zonas costeras, ríos y lagunas, en tanto que los individuos más pequeños, habitan en cuerpos de agua dulce o salinidad reducida, vegetación acuática y áreas de manglares.
En los últimos años se han registrado nacimientos en diferentes sectores del Parque Isla de Salamanca. Para el año 2016 se tuvo un registro de 35 neonatos de los cuales 18 fueron marcados por el método de remoción de escamas . En 2017 se registraron dos nidadas exitosas con el nacimiento de caimanes marcados y en 2018, se registraron 4 nidadas; 2 en el sector carretera, verificando el nacimiento de los individuos.
