Colombia

Viviendo en el 54

En el gobierno de facto, de Rojas Pinilla, para poner en marcha el proyecto de la televisión, hubo que adquirir la tecnología en los Estados Unidos. Se trajo 25 técnicos cubanos para manejar, utilizar y dirigir las diversas antenas, repartidoras, y demás componentes tecnológicos, pero también, hubo que contratar capital humano externo para formar la primera generación de actores y productores, especialmente en el teatro.

Hoy con la pandemia, hemos tenido que importar los ventiladores o respiradores, para poder ampliar la capacidad instalada de  las Unidades de Cuidados Intensivos. Muchos medicamentos e insumos también provienen del exterior y ahora las vacunas las vamos a adquirir en el mercado externo, especialmente en los países y las empresas productoras de biotecnología humana.

Hace unos meses conversaba con un empresario de la cadena de valor del turismo, el cuál me decía que, muchos de los productos que utilizaba para tener una carta de calidad en sus restaurantes los debía importar de varios países; el salmón de Chile, el pulpo de Perú, los camarones de Ecuador y una variedad de pescados de Brasil.

Todo éste recorrido, muestra como hemos perdido la oportunidad y un tiempo importante como país, al negarnos a cambiar la visión y la mentalidad, en relación a la concepción del modelo de desarrollo que tenemos que crear, para poder garantizar los derechos de los ciudadanos.

La salud y la seguridad alimentaria de los colombianos ésta en peligro. No hemos acumulado capacidad tecnológica para crear un poderoso sistema de salud, el cual requiere de un fuerte componente de investigación, producción de conocimiento, creación de laboratorios y parques tecnológicos de alto nivel. De igual forma, de un contingente de investigadores y científicos de talla mundial, que asuman ése cometido como un compromiso con la seguridad nacional de la nación.

Un país que tiene en su frontera agricola cuarenta millones de hectáreas aptas para producir alimentos, tiene que cambiar estratégicamente su tradición en la producción. No podemos seguir dependiendo de la exportación de café, banano, flores y ahora, el aguacate Hass. Es necesario ampliar la canasta productiva, modificar las prioridades regionales y nacionales, invertir en la creación de  laboratorios de biotecnología vegetal en las zonas que sean seleccionadas como prioritarias, para modificar y mejorar la calidad de los productos y poder responder con la calidad de la demanda. Colombia tiene que construir una política pública pesquera, hacer honor de ser un país con acceso a dos océanos; al Pacífico y el Atlántico, demostrar que posee ecosistemas marinos con una basta riqueza de especies.

Superar nuestro atraso en ciencia, tecnología e innovación, va más allá que crear el ministerio, el cual no deja de ser un logro fundamental, pero, lo más importante es avanzar en la superación en el déficit de inversión. Siempre han existido múltiples excusas para no cambiar las prioridades, se argumenta que no tenemos capacidad fiscal, que las vigencias futuras nos tienen a punto de un colapso en las finanzas públicas, que la deuda del gobierno central tiene límites impuestos por el marco fiscal de mediano plazo, reflexiones que  son verdades a medias, para justificar en parte el inmovilizmo presupuestario. Así pues, se hace necesario adoptar la decisión de invertir entre el 4% y el 5%, del PIB, en conocimiento, Investigación y tecnología para modificar la tendencia histórica del atraso.

Ser un actor de primera línea en el concierto de las naciones exige tomar un conjunto de determinaciones, que van más allá de reproducir la tradicional letanía de congraciarse con el Status Quo. Hoy las nuevas generaciones de colombianos están solicitando cambios estructurales en el rumbo del país, uno de ellos es materia de salud, ciencia, tecnología y seguridad alimentaria.

Es vergonzoso lo que estamos viviendo en materia de vacunación. Un Presidente que no cambia, se requiere cambiarlo. No puede ser posible, que después de once meses de estar padeciendo la pandemia, en donde mensualmente acumulamos cinco mil muertes, no exista un mínimo plan de garantía para la gente que labora en la primera línea de atención del Covid-19, en el sector de la salud. Es ridículo e indignante, que para muchas entidades territoriales, el número de biológicos que van a distribuir  sean tan insignificante.

El Gobierno Nacional está convocando a las autoridades territoriales, para en los próximos días,  poner en marcha el plan nacional de vacunación; Otro de los irresponsables anuncios, ya que no han enviado a las entidades locales y regionales, más que protocolos y directrices, que desconocen la información, las capacidades de los territorios y sus demandas.

Con todo lo mencionado anteriormente, queda claro que los criterios de distribución son arbitrarios y acomodadicios.

 

Desde Gaira Innovediente,

AABular.

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