Colombia

El “auditor carón”

Por Álvaro Cotes

En tiempos de pandemia no solamente se revela la naturaleza sino también la mala calaña de la gente. En efecto, ya hemos visto cómo la naturaleza ha recobrado su reverdecer y espacio en los sitios que antes de la pandemia, el humano tenía invadido. También hemos visto la solidaridad de muchos gobernantes para con el pueblo que los eligió, llevándoles mercados dignos o completos. No obstante, no todo es tan bonito, pues de la misma manera, así como sale a flote lo bueno, lo malo también aflora.

Por ejemplo, en el Magdalena y lo hemos venido denunciando, durante todo este tiempo del imperio de terror a que nos tiene sometido el coronavirus, no han faltado los que tratan de criticar las gestiones de unos gobernantes en estos días de crisis.

La crítica es buena cuando se trata de ayudar, más no lo es cuando se busca un interés particular, como es el caso del Magdalena, en donde toda la bancada opositora del Gobernador, integrada por exgobernantes, congresistas y siete diputados, han enfilado sus mal intencionadas baterías en contra de las acciones que viene adelantando el mandatario departamental, solo con el firme propósito de lograr lo que no pudieron conseguir democráticamente en las elecciones del 27 de octubre del año 2019 y lo que no hicieron con los anteriores gobernantes al punto de que se creía que ni existían, pues no solamente lo han criticado por situaciones inéditas con las que nadie estaba preparado, sino que sus críticas han sido acompañadas de denuncias sin fundamentos comprobados ante los órganos de control, haciéndose evidentes sus malas intenciones.

Al principio de la pandemia, al Gobernador lo criticaban, porque no salía a los pueblos a llevarle las ayudas alimentarias, pero cuando ya si pudo reunirlas, debido a que también tuvo que hacer hasta una donatón, lo comenzaron a atacar y a denunciar, porque en los lugares adonde fue a llevar los mercados populares solidarios, la gente se amontonó, pese a que se les instruyó y obligó a que aplicaran los protocolos de seguridad respectivos para estos días de pandemia.

Nadie estaba preparado en la Tierra, para afrontar semejante pandemia ni siquiera los gobernantes de los países desarrollados como Estados Unidos, España, Italia y la misma China. En esos países con mayor número de infectados y muertos, pese a contar con mejores sistemas de salud bien dotados, estos colapsaron. La epidemia se propagó inmisericordemente, no tuvieron tiempo y ni en ninguna otra parte lo tendrán para evitarlo, porque se trata de un virus que se contagia muy rápido, una vez llega a un país como también sucedió en Colombia, por cuyo principal aeropuerto, Eldorado de Bogotá, arribó con los primeros pasajeros procedentes de Europa.

Criticar a un mandatario con fines políticos e intereses personales, solo porque creen que se volverá más popular con el pueblo que lo eligió y sin mostrar un mínimo de solidaridad con ese mandatario que se expone hasta al contagio por hacerlo personalmente, ante los antecedentes no gratos de una dirigencia corrupta, es atentar contra lo único bueno con que cuenta en estos momentos de crisis un pueblo abandonado por sus ancestrales malos gobernantes.

Por eso no es tan difícil comprender las intenciones que ahora manifiesta el primo hermano del ex gerente del hospital Julio Méndez Barreneche, Tomás Díaz Granados, quien dejó ese hospital en pésimas condiciones financieras. Nos referimos al congresista Hernando Guida Ponce, primo hermano de los Díaz Granados, los cuales hicieron de la salud y hospitales del Magdalena su fortín político durante muchos años.

En las dos anteriores administraciones, durante los gobiernos del Mello Cotes y Rosa Cotes, pese a los enormes escándalos como el sonado caso de La Vía La Prosperidad que nunca se terminó, el hoy Representante a la Cámara por el Magdalena, Hernando Guida Ponce, hoy reaparece por fin con la investidura de auditor de la salud que nunca se puso cuando sus parientes estuvieron manejando la salud que dejaron en pésimas condiciones financieras y la cual tuvieron en su poder por decenas de años. Hoy critica y denuncia al gobernante de turno por acciones solidarias que se están desarrollando ante una situación difícil que ninguno tenía previsto ni sabía cómo atenderla. Hoy asume la posición que debió tomar cuando sus parientes tuvieron a su antojo la salud del Departamento.

Ahora es que se acordó de ser un auditor de la salud, solicitado informes de todo tipo, minucias, sobre todo a los funcionarios que les toca dejar de hacer tareas para enfrentar el coronavirus, a fin de saciar al honorable congresista de respuesta, con el pretexto de ejercer control político, cuando todo el mundo sabe que se trata de una persecución. De ahí que ya muchos lo han tildado el “auditor carón”.

Ha pedido más de 150 itens con anexos, para demostrar una gestión desde la comodidad de su casa, en el tiempo más difícil que ha tenido este pueblo y sus nuevos gobernantes: sin duda, esta pandemia también ha sacado la maldad de algunos de nuestros otroras y actuales dirigentes y representantes políticos.

Y pensar que nunca le preguntó a su primo por la gestión en el hospital Julio Méndez Barreneche…

Aquí una muestra, de una pregunta, del pequeño cuestionario.

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