Medio Ambiente

¿El Covid-19, el respiro que la tierra necesitaba?

Celebración del Día de la Tierra en medio de Pandemia, algo diferente

Hoy, en medio de la pandemia del Coronavirus el mundo conmemora el Día de la Tierra, una celebración diferente como es natural, un planeta tierra que como vemos en fotografías, informes especiales, en la televisión, que incluso lo sentimos en el ambiente, se ha venido recuperando con el pasar de los días de esta emergencia orbital.

Un planeta tierra en el cual a lo ancho y largo de su extensión, los animales que estaban en confinamiento, salieron de sus madrigueras, de sus cuevas y de sus pequeños espacios, para regresar a su tierra, a su habitad natural.

La celebración del primer Día de la Tierra tuvo lugar en 1970, cuando indignados por los derrames de petróleo y la contaminación de los ríos, 20 millones de personas salieron a las calles para protestar, por lo que ellos consideraban una crisis ambiental. Fue el evento cívico más grande del planeta en ese momento y obligó a los gobiernos a tomar medidas concretas, incluida la aprobación de leyes ambientales y el establecimiento de agencias dedicadas al medio ambiente.

Las estadísticas dicen que más de 1.000 millones de personas en 190 países participan en este Día de la Tierra. En algunas ciudades del mundo que no han sido azotadas por este mal siembran árboles, cuidan la vegetación, se dedican a consentir la fauna y la flora.

SANTA MARTA Y SUS ALREDEDORES

En el campo local se ha podido presenciar el “respiro” que ha tomado la naturaleza, en esta parte del planeta tierra hemos visto como las playas se han recuperado, la vida marina se ha regenerado y han regresado sus habitantes a la superficie, tanto en esta parte del país como en todo el mundo las imágenes muestran como se ha reactivado la vida marina y la misma vegetación.

Hacía tiempo, por ejemplo, no se veía el desfile de delfines como se ha visto en las diferentes playas de la ciudad, en el mundo la danza de rayas marinas y de otras especies.
La ausencia de lanchas, barcos y embarcaciones en general permite que no se presente el ruido producido por sus motores y tampoco el derrame de combustible de las mismas embarcaciones, todo eso que aleja a los habitantes de los mares de las costas y los manda mar adentro, hoy se atreven nuevamente retornar.

Desde el Parque Tayrona se informa del avistamiento de especies que por la presencia de los seres humanos permanecían escondidas, alejados, y solo se atrevían a salir en las noches, pero incluso a esa hora los turistas deambulan por la reserva.

En este 2020 se conmemoran los 50 años del Día de la Tierra y el cuarto aniversario de la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático. La actual pandemia del Coronavirus es un claro recordatorio de la vulnerabilidad de los humanos y del planeta, frente a amenazas de magnitud global. El daño descontrolado a nuestro medio ambiente debe ser abordado.

Por lo visto, el planeta tierra se “aprovechó” de esta coyuntura de la pandemia, para respirar, para oxigenarse, al no tener el asedio constante de la mano del hombre y esto debe ser una alerta para la humanidad, no seamos parte del deterioro de nuestro planeta, ayudémoslo a sobrevivir, que es nuestra propia supervivencia.
Un caso particular sobre las consecuencias de la intervención del hombre, es lo que se vivió y vive en Chernóbil. 34 años después del mayor accidente nuclear en la historia de la humanidad en Chernóbil, viven osos, bisontes, lobos, linces, caballos de Przewalski y unas 200 especies de aves, entre otros animales. Justamente esta catástrofe fue el 26 de abril de 1986.

Allí se ha creado un área virtualmente inhabitada por ser humano alguno, y la consecuencia derivada ha sido un incremento en el número de ejemplares de la fauna local. Chernóbil es hoy un paraíso natural radioactivo.

Jim Smith, uno de los autores del estudio, en The Guardian dice que, “el accidente de Chernóbil demuestra algo que más o menos intuíamos, pero cuya certeza a esta magnitud nos era incierta. La presencia humana y su actividad económica es más nociva para la fauna, que la mayor catástrofe nuclear de nuestra historia”.

CAMBIO 24 TE RECUERDA, QUÉDATE EN CASA.

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