Colombia

Igual que Rugeles en Santa Marta, Duque se raja como gobernante bajo la sombra de Uribe

Las coincidencias en el manejo del gobierno y los resultados de su ejercicio como mandatarios entre el presidente Iván Duque y a quien este nombró como alcalde encargado de Santa Marta entre abril y julio pasado, Andrés Rugeles son muchas, desde el trabajo individual hasta lo colectivo, estilo de manejo de las relaciones con los ciudadanos, peleas cazadas con opositores, pero la más precisa es que ambos se rajaron estrepitosamente en su gestión.

Un año después de haber asumido la Presidencia de Colombia, Iván Duque no le ha cumplido a los más de 10 millones de colombianos que depositaron la confianza en él, mientras que Andrés Rugeles se acaba de ir de Santa Marta con el “rabo entre las piernas”, luego de haber llegado creyéndose el zar anticorrupción y salvador de la ciudad de Bastidas.

Inexperiencia, enfrentamientos ideológico y una agenda partidista se le critica a Duque y a su gabinete que no ha a estado a la altura del reto que enfrentó para liderar asuntos del país. Con Rugeles algo parecido, como alcalde lideró una “masacre laboral” para luego como se dice en el argot popular “repartir la torta”, con consecuencias que ya se empiezan a ver al retornar el alcalde Rafael Martínez y públicamente desnudar no solo el poco avance que tuvo la ciudad en estos cuatro meses, sino que el recrudecimiento de problemas que ya presentaban notorias soluciones.

Rugeles de entrada provocó al alcalde Martínez, a sus secretarios y al mismo Movimiento Fuerza Ciudadana, los trató de corruptos, a semejanza del discurso de Duque que se mostró en campaña como el presidente que iba a vencer la corrupción y le daba poco crédito moral y quiso desprestigiar a su oponente en ese momento, Gustavo Petro.

Duque no ha avanzado en la agenda de temas sensibles en salud y seguridad, muestra un año de muy pocos resultados, un año de trabajo desviado por los problemas y enfrentamientos. Los colombianos hoy descalifican su agenda de tipo partidista con muy pocos resultados en temas como seguridad para líderes, de implementación del proceso de paz prácticamente nula. Andrés Rugeles dejó a la ciudad sitiada por las bandas criminales, a los samarios en medio de un fuego cruzado producto de vendetas entre criminales por disputa de territorio y asuntos judiciales. Entre otras cosas, desde que llegó a ocupar el cargo, se encerró en una guarnición militar porque dijo no sentirse seguro y bajo riesgo de amenaza. La Alcaldía la militarizó varias veces, policías que debían estar patrullando las calles los tenía 24 horas cuidándolo a él y al edificio de la administración distrital.

Otro descuido enorme que evidencia la mala gestión de Duque fue el manejo de un tema importante como la inflación, el empleo y el crecimiento económico que se ven las imprecisiones en cuanto a las cifras.
Santa Marta en los dos últimos años estuvo entre las ciudades con menor desempleo, por debajo de un dígito, Rugeles la dejó como una de las de mayor porcentaje de desocupación con 11,4 según el reporte del Dane. La ciudad entre abril y julio se volvió un caos en materia de informalidad y espacio público. No se notó gobernabilidad, solo peleas y cacería de brujas.

Para los expertos el mandatario nacional no ha sabido ofrecerle una ruta al país en relación con los temas cruciales agenda pública, no podido imponer un sello propio que los colombianos reconozcan cuál es su propuesta de gobierno, igual Rugeles, vino a hacer favores y nunca se puso la camiseta de la ciudad. Se comportó como un alcalde maniatado por los clanes políticos, promoviendo la estrategia de atacar las fortalezas de Fuerza Ciudadana, pero hasta en eso fracasó porque los samarios mostraron masiva solidaridad con Rafael Martínez.

Otro gran desacierto de Duque ha sido nombrar y trabajar con un gabinete excesivamente técnico que no ha podido desarrollar la agenda legislativa ni convocar al congreso. Rugeles bruscamente sacó a todos los secretarios, directores y jefes de oficina que encontró en la administración distrital a la mansalva para nombrar a los recomendados de los caciques politiqueros de la región.

Iván Duque se le fue su primer año de gobierno en cazar peleas impuestas por su jefe Uribe, en promesas incumplidas y encerrado en una crisis de identidad que no le ha permito poner su sello como líder. Igualmente, el ahijado político de la vice presidenta Martha Lucía Ramirez, se dedicó a tomar partido en la disputas entre clanes políticos encabeza de familias como los Cotes y los Diaz granados contra Fuerza Ciudadana. Se volvió un soldado al servicio de las familias políticas tradicionales. A cambio de qué, eso se verá más adelante, por ahora es claro que gratis no fue.

Por meterse en las peleas de Uribe y por su ego, Duque redujo su Plan de Desarrollo a una colcha de retazos, para que políticos aliados pudieran incluir dádivas para todos los sectores, y puso palos en la rueda para que el rubro para la paz fuera aprobado. Rugeles frenó las obras, esquivó la entrega de infraestructura lista para el servicio de los samarios, le echó tierra a la contratación de programas y proyectos e infló la nómina de la alcaldía como nunca antes en la historia de la ciudad. Nombramientos y contratos hasta un día antes de entrar en vigencia la ley de garantías se rifaron.

Duque también les incumplió a los 12 millones de colombianos que aprobaron la consulta anticorrupción, mientras que Rugeles llegó como zar anticorrupción y se le veía en el club sociales con oscuros personajes de la parapolítica.

No es coincidencia todo lo que se cita en este artículo, es verdad pública : Colombia por Duque y Santa Marta por Rugeles, estuvieron como el cangrejo bajo la sombra de Uribe.

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