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Persecuciones y montajes contra Caicedo.

Por Luis Oñate Gámez

Explica el refrán popular que al mentiroso se le descubre pronto y con suma facilidad porque incurre en falta de argumentos, inexactitudes y contradicciones. Y esos es, precisamente, lo que ha predominado en las tres audiencias en línea que la Fiscalía le montó a Carlos Caicedo Omar para sacarlo de la Gobernación del Magdalena. Diligencias judiciales una tras otra, algo insólito en el mundo jurídico. Por obras adjudicadas cuando Caicedo era alcalde de Santa Marta.    

Los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá, jueces de las diligencias judiciales contra Caicedo Omar, en forma reiterada llamaron la atención a los fiscales delegados ante la Corte Suprema de Justicia porque nunca pudieron explicar cuáles eran los delitos a imputar y los argumentos jurídicos para solicitar dicha imputación. Solicitaron el aplazamiento para que estudiaran mejor el caso.

Parecía que alguien, con más dotes de dramaturgia que de jurista, les escribió a los señores ficales delegados las kilométricas exposiciones que estaban leyendo al pie de la letra. Se notaba que ni siquiera se tomaron la molestia de leerlas y repasarlas antes, para tener una mayor noción de lo que exponían, por eso, cuando los magistrados les solicitaban que fueran al grano, quedaban un instante como en las nubes y luego seguían leyendo como si nada hubiese pasado.

En la primera audiencia el fiscal 12 delegado, Víctor Salcedo Fuentes, reconoció que no se perdió un peso, pero le quiere imputar cargos a Caicedo porque la obra, que está en pleno funcionamiento, a su juicio, debió de llamarse Gran Biblioteca y no Megabiblioteca, o porque no está tan cerca de Mamatoco o del río Manzanares como se decía en los pliegos. Argumentos calificados como cantinflescos por algunos juristas.

El Fiscal delegado de la tercera audiencia, Andrés Palencia Fajardo, tuvo el descaro de asegurar, entre otros, en sus más de 2 horas de exposición, que uno de sus argumentos para hacer la imputación y sacar a Carlos Caicedo del cargo como gobernador es porque el alcalde que lo remplazó y la actual alcaldesa habían hecho adiciones presupuestales para adecuaciones en los Centros de Desarrollo Infantil (CDI) en Ciudad Equidad y Bonda, obras por las que la fiscalía solicitó esta tercera audiencia.

Otro hecho en común y grave en este proceso es que el jefe o coordinador de estos 3 fiscales delegados ante la Corte es Gabriel Jaimes. El mismo fiscal de dudoso accionar que pidió la preclusión de Álvaro Uribe Vélez y también es el mismo que en el 2010 se alió con los clanes políticos y parapolíticos para condenar injustamente a Carlos Caicedo y sacarlo de la rectoría Universidad del Magdalena, condena que, cinco años después, una segunda instancia la tumbó.

La persecución a Carlos Caicedo por parte de la Fiscalía no tiene duda alguna, como también ha sido evidente la alianza del fiscal con las mafias políticas que han gobernado al Magdalena en los últimos 200 años, esos mismos políticos, que se entrelazan con grupos criminales y narcotraficantes, son los que quieren volver y para ello no dan su brazo a torcer.

Y aunque esta infame y criminal persecución genera un desgaste y le quita credibilidad a la justicia, quizás, en medio de las vicisitudes que también le ha tocado vivir a Carlos Caicedo y a su familia, los malos momentos traen cosas buenas, eso lo explica otro refrán popular. En las 3 audiencias Caicedo Omar no acepto estos cargos, ni se allanó y se declaró inocente.

La mayoría de los magdalenenses se han percatado que el montaje y la persecución son una realidad, que las obras están y que el Cambio se siente con más fuerza; el pueblo se ha volcado a las calles para pedirlo a viva voz ¡Justicia para Carlos Caicedo! 

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