EspecialesMagdalenaSanta Marta

La voluntad popular debe respetarse. De lo contrario, no hay democracia

El pasado Domingo 29, Santa Marta, el departamento del Magdalena y todo Colombia vivió una fiesta de la democracia, con la celebración de las elecciones departamentales, que eligieron gobernadores, alcaldes y concejales, entre otros. Treinta y dos departamentos eligieron en paz y de manera ejemplar sus autoridades para los próximos cuatro años, y a la fecha, algunos partidos y candidatos, representantes de lo peor de la política que queremos desterrar, siguen reclamando un fraude inexistente. “Piensa el ladrón, que todos son de su condición”, dice un viejo refrán.

Uno de los principios básicos de la democracia es el respeto de las mayorías, y la garantía para las minorías; pero el que gana, gana aunque sea por un voto. Cuestionar la legitimidad de un triunfo ajustado, solo refuerza la condición de mal perdedor de quien reclama.

El proceso electoral de la campaña en Santa Marta estuvo plagado de episodios, que no por habituales en otros lugares, dejan de ser llamativos.

Nuestro partido, Fuerza Ciudadana sufrió la persecución de una institución del Estado que, incumpliendo su rol de garante y supervisor de las cuestiones electorales, descalificó la candidatura de nuestra compañera Patricia Caicedo luego de haber permitido su inscripción y su participación durante más de un mes en la campaña electoral.

Para reforzar lo amañado de la intromisión de grupos delictivos y clanes mafiosos en el Consejo Nacional Electoral, la resolución se tomó el último día en que los partidos podían presentar candidatos sustitutos, y para hacer todavía más evidente el temor que le tienen a una verdadera fuerza popular, presentaron recursos que pretendieron estirar un presunto reclamo de nuestra parte, para que siguiera su curso fuera del plazo establecido para inscribir un nuevo candidato.

Ante semejante atropello, ejercimos nuestro derecho de amparo ante la justicia, y se nos habilitó la inscripción del compañero Jorge Agudelo como candidato a la Alcaldía de Santa Marta por Fuerza Ciudadana.

Aun con la desventaja que implica competir con un segundo candidato, más tener que redirigir todos los recursos para afrontar una nueva campaña, asumimos el desafío de disputar la alcaldía, para mantener las políticas que tanto han beneficiado a los samarios, y que tanto los autores de esta ma- niobra, como aquellos que hoy agitan el fantasma del fraude, quieren retirar para seguir beneficiando a sus contratistas amigos y a los viejos clanes mafiosos.

Sabíamos que poco más de diez días de campaña implicaban una clara desventaja respecto de nuestros competidores, muchos de los cuales habían hecho parte de la maniobra mafiosa para perjudicar el desempeño electoral de Fuerza Ciudadana. Pero contamos con el apoyo del pueblo, ese pueblo que rápidamente salió a las calles a manifestar su descontento con la maniobra, y que más rápidamente salió en respaldo de nuestro compañero Jorge Agudelo como legítimo representante de Fuerza Ciudadana.

Es absolutamente falso que hubo dos candidatos de Fuerza Ciudadana en simultáneo, ya que la inscripción original de Jorge Agudelo se realizó el mismo día 29 de septiembre, cuando la mafia logró su objetivo de desplazar a Patricia Caicedo. La candidatura fue habilitada el 9 de octubre por resolución de la Justicia, pero el acto que genera esa inscripción se realizó en el debido plazo, de igual manera que la renuncia del padre de nuestro candidato, Jorge Agudelo Moreno, quien era candidato a concejal por nuestra fuerza.

Sobre las presuntas denuncias, y los presuntos respaldos audiovisuales, queremos comunicar a todos nuestros adversarios que somos absolutamente respetuosos de la labor de los delegados partidarios en su tarea de fiscalización, así como también de las autoridades electorales, y que estamos aten- tos a sus resoluciones y prestos a defender nuestro triunfo, por el bien de los samarios. Así fuera un triunfo por diez, o por un voto, debe respetarse que Jorge Agudelo es el alcalde electo de Santa Marta, y que si otros ciudadanos tiene la pretensión de ocupar la alcaldía, deberán esperar al próximo período electoral.

Con la plena convicción de ser representantes de la voluntad de la mayoría de los samarios, y la certeza y garantías de hacer una gestión eficiente y honesta para todos los ciudadanos de Santa Marta, esperamos una rápida resolución de las controversias y el normal curso del proceso de transición política.

Las mafias y los viejos clanes, no volverán.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cerrar