El 24 de noviembre de 2016 se firmó el acuerdo definitivo de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos Calderón, terminando un conflicto armado de más de 50 años en Colombia que dejó miles de víctimas entre Ejército, guerrilla, población civil y políticos.
Después de la firma del acuerdo entre Santos y Timochenco, los avances han sido muy lentos y ha dejado más de 250 víctimas de las FARC, firmantes del proceso asesinados y también muchos líderes sociales.
A esto se suma las ganas del Gobierno Nacional de hacer trizas el acuerdo y de no tomar medidas contundentes para salvaguardar la vida de los desmovilizados.
De no ser por la comunidad internacional y de garantes del acuerdo, Uribe Vélez y su Presidente Iván Duque junto con el Partido Centro Democrático, ya hubiesen cumplido su propósito de hacer trizas el proceso de paz, propósito del cual aún no han desistido, queriendo acabar la Jurisdicción Especial para la Paz.
Con los últimos acontecimientos políticos especialmente en Estados Unidos y la elección de Joe Biden, el pensamiento del gobierno Duque Uribista deberá cambiar y dejar de pensar en una Colombia Nazi.
El proceso de paz debe avanzar de manera positiva y el Gobierno que ejerce el Centro Democrático, deberá replantear su pensamiento y adoptar una medida política de cara al nuevo panorama internacional que considere los cambios político administrativo en Estados Unidos, Algunos países de Latinoamérica y la voluntad u el querer de la Unión Europea y la ONU frente al proceso de paz en Colombia.
