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Lo que pasa cuando un Presidente no respeta la institucionalidad

Lo que viene ocurriendo en este gobierno del presidente Iván Duque no tiene precedente en la historia político administrativa del país y mucho menos en el Magdalena.

Al estilo del derrotado y casi destituido presidente de los EEUU, Donald Trump, el presidente colombiano, Iván Duque, sobre pone su interés personal por encima del general y peor aún, por encima de la institucionalidad político administrativa del Estado, al prescindir de una autoridad departamental como es la del gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, simplemente porque no es de su corriente política o porque el mandatario departamental no concuerda políticamente con el mentor del Presidente o el que dijo que votaran por él, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.

Parecería que le importara un bledo la mayoría de magdalenenses que eligieron a su Gobernador en un debate democrático, limpio y en el que prevaleció el voto de opinión, el 27 de octubre del año 2019. Es decir, para el Presidente de Colombia, parece que le vale un carajo que el pueblo del Magdalena votara y eligiera a su Gobernador, pues para él parece como que no existiera y por ello ha buscado o se ha inventado siempre la manera de no respetar a la primera autoridad del Magdalena, creándose pactos con los alcaldes para, supuestamente, enviarles directamente los recursos que tradicionalmente los gobiernos les envían a los gobernantes territoriales con el fin de velar por el buen manejo de esos dineros públicos. Ojalá el estreno de esa estrategia o “jugadita” política no se le devuelva como búmeran y tenga después que responsabilizar a esos alcaldes, mientras el Gobernador disfruta de su irresponsable estrategia de interés personal.

Y es que es en la única parte en donde se está produciendo la indiferencia gubernamental por puro interés político. En el Magdalena, el Presidente, supuestamente de los colombianos, ha optado por ser el Presidente de los políticos derrotados por el actual Gobernador o por satisfacer a su apreciado mentor, Álvaro Uribe, al que incluso muchos de su movimiento político admiran como si fuera un “Mesías”.

Iván Duque, como los demás del movimiento político que lidera su mentor, incluso como piensan los que siempre han estado en la mermelada de los gobernantes anteriores, cree todavía que un gobernador o un alcalde debe someterse y ser complaciente con el Presidente, porque de lo contrario el mandatario nacional no les da nada de los recursos que por ley y por ser dinero público, deben entregarle a los mandatarios locales y territoriales, para que puedan hacer obras en sus respectivos municipios o departamentos.

Tiene aún la idea fallida de que, “con el que gira la plata no se pelea, porque después no te da nada”, como si no fuera una obligación sino un favor del Presidente. Existe un buen refrán aplicable para lo que está haciendo el presidente Duque con el pueblo del Magdalena por puro interés político. Porque quien paga los platos rotos no es el mandatario de turno sino el pueblo y si usted en verdad quiere ser un Presidente de verdad y no como muchos colombianos lo han venido tildando, entonces respete para que lo respeten, de ahí que muchos ya ni lo respetan, porque usted tampoco lo hace: Lo que está haciendo con la primera autoridad territorial del Magdalena, elegida por la inmensa mayoría, es la muestra fehaciente de que su gobierno presidencial es para satisfacción del movimiento político de su mentor Álvaro Uribe y ni siquiera para respetar la institucionalidad gubernamental de un mandatario departamental. Respete para que lo respeten.

Por Álvaro Cotes C.

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