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Al oído de la presidenta de la CIHD

Por Rafael Martínez

Desde Santa Marta y el caribe colombiano felicitamos la llegada a nuestro paìs de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Es necesario su presencia en Colombia justo cuando el paìs atraviesa la peor crisis en violación de Derechos humanos, estos actos de barbarie contra la población civil y especialmente jóvenes manifestantes y líderes sociales, están documentos y las pruebas están.

De estos hechos han dado cuenta muchísimos videos, fotografías, testimonios y declaraciones de víctimas y sus allegados.

Esta visita se cumple en estos momentos e ira hasta el 11 de junio y de acuerdo con la presidenta de la CIHD, Antonia Urrejola Noguera llegan a Colombia con el propósito de atender una situación concreta de denuncias sobre vulneración de Derechos Humanos en nuestro territorio, particularmente a raíz de las marchas de protesta.

Nos preocupan varias cosas. El tiempo de la visita, cuatro días, que no sea el suficiente para documentar todo lo denunciado y vivido por los colombianos en este mes largo de paro nacional y protestas justas.

El gobierno del Presidente Duque y de sus amigos uribistas, ha permanecido indiferente, como si en el paìs no estuviera pasando nada y no hubiesen ocurrido masacres y asesinatos que enlutan a las familias màs vulnerables de nuestra sociedad. Es un régimen indolente y criminal.

Nos preocupa que desde el Gobierno se intente esconder la grave situación que estamos viviendo los colombianos. La ofensiva mentirosa y encubridora esta trazada y Duque pretende que no se conozca la verdad sobre las 41 masacres que arrojan 158 víctimas a corte al 31 de mayo de 2021.

Es inaudito señores comisionados de la CIHD que los asesinatos durante las protestas se eleven a 47, incluyendo dos policías, y 75 víctimas de violencia homicida en el marco del paro nacional al 06 de junio según, INDEPAZ. Es alarmante que al menos cuatro personas fallecieron en un día de protestas antigubernamentales en la ciudad de Cali, cuando se cumple más de un mes del inicio de esta ola de manifestaciones en Colombia.

A decir verdad, los órganos internos de control, tampoco han aportado mayor cosa, todo lo contrario, ha prevalecido una gran desinformación, tanto a favor como en contra de los miembros de la fuerza pública, en especial de la Policía Nacional y del ESMAD, a quienes se le imputa esta serie de crímenes que aun no paran y están a la orden del día.

El estallido social producto del mal gobierno, de la ingobernabilidad, de lo ciego, sordo y mudo que es este gobierno en cabeza del Presidente Duque no lo van a parar con mentiras, ni artilugios propios de un régimen abusador y atropellador que sistemáticamente viola los DDHH de la ciudadanía y de los jóvenes que se han declarado en pie de lucha como nunca antes se había conocido en la historia de nuestro paìs.

Los hechos son claros y tozudos y hablan por ellos mismos. En cada manifestación de las miles que se han producido en el país, la constante es el maltrato y atropello a los jóvenes en una justa protestas que reclaman y exigen màs oportunidades de desarrollo y progreso.

Los jóvenes tienen la razòn, este paìs es injusto con ellos y con todos los colombianos. Los niveles de pobreza extrema son alarmantes, Colombia es uno de los países màs desiguales del mundo. Las cifras de desempleo son màs que preocupantes.

El desempleo juvenil en Colombia llegó a cifras históricas: de los 10,9 millones de jóvenes que habitan el país, lo que equivale al 21,8% de la población total, más de tres millones, es decir el 29,7%, se encuentran desempleados, siendo la tasa de desocupación femenina la más alta (37,7% frente a 24,1% en los hombres).

Y la situación para los jóvenes empeora con un estado que no promueve acciones para encausar a esta población al mundo laboral.

Según el Dane, la tasa de desempleo de las personas de entre 14 y 28 años entre enero y marzo de 2021 cerró en 23,9%, un aumento de 3,4 puntos porcentuales frente al mismo periodo del año pasado. Por eso y muchas otras màs razones, los jóvenes y el pueblo se mamo.

Señores Comisionados es indudable que esta misión que hoy emprenden en Colombia contribuirá a esclarecer muchas de estas situaciones, o todas para tranquilidad de nuestra comunidad.

Distintas organizaciones defensoras de Derechos Humanos y partidos de oposición hemos denunciando asesinatos, por excesos policiales y también por actuaciones de civiles armados que han disparado contra los reclamantes, una cantidad incontable de desaparecidos, capturas sin orden judicial sin haber mediado situación de flagrancia, lesiones, torturas, jóvenes que han perdido sus ojos, abusos sexuales, entre muchas otras conductas que hasta ahora no han sido investigadas, ni existe la voluntad de hacerlo por parte del Estado.

Lo que está claro es que tenemos obligaciones constitucionales que las autoridades en materia de Derechos Humanos deben respetar y garantizar.
Necesitamos volver al imperio del Derecho y de la razón.

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