La mala hora de la prensa regional con el retorno de De La Espriella

A través de sus redes sociales, el periódico El Heraldo de Barranquilla anunció el regreso, a partir de este fin de semana, de la columna del abogado Abelardo de la Espriella.

La decisión, respetable porque cada medio de comunicación decide a quien le da o no voz, llama poderosamente la atención por los últimos hechos que han ocurrido alrededor de ese diario, el más antiguo de la región Caribe.

Por un lado, hace una semana, la gerencia del matutino, en cabeza de Juan Pablo Bojanini, decidió prescindir de un grupo importante de columnistas que durante años generaron sus opiniones en el periódico. Plumas críticas como las de Lola Salcedo Castañeda, que estaba en El Heraldo desde hace 40 años o el economista Jairo Parada no volverían a leerse.

La razón entregada en su momento fue la necesidad del periódico de prescindir de colaboradores que, por columna, cobran una serie de honorarios. Es el triste reflejo de lo que sucede en muchas salas de redacción en Colombia. Lo curioso es que algunos de ellos cuentan con posturas críticas al poder político tradicional de Barranquilla, ostentada por la cuestionada familia Char, aliada política de los Cotes en el Magdalena.

Pero más allá de un ingreso polémico por el de otros columnistas, lo llamativo es el regreso de De La Espriella a una tribuna de la que fue cesado hace algún tiempo por el anterior director de El Heraldo, Marco Schwartz.
En la columna ‘Muerte al tirano’, el abogado -conocido por sus posturas cercanas al Centro Democrático y al gobierno del ex presidente Álvaro Uribe- exponía que era necesaria la muerte del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, para que ese país salga de la crisis. Esa apología al delito no fue tolerada y su espacio editorial sacada de circulación.

Ese tipo de columnas, esperamos, no regresen al escenario de opinión en la región. De lo contrario nos exponemos a una mala hora para la prensa de nuestro Caribe.