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La situación inaudita de los candidatos que se enfrentan a Fuerza Ciudadana

Por Álvaro Cotes Córdoba

Para nadie es un secreto que el movimiento político que fundara hace una década el hoy gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, es el de mayor éxito en toda la historia política del Magdalena. Quien desconozca esa real verdad, está loco, sufre de algún trastorno mental o tiene un problema en la vista.

Desde su creación, sus victorias han sido contundentes, arrolladoras y aplastantes. Sin embargo, cuando su fundador aspiró por primera vez a la Alcaldía de Santa Marta, en el 2011, muchos creyeron que ese movimiento político sería igual o tendría la misma suerte que tuvieron varios que lo antecedieron.

Pero no fue así. El resultado de aquella primera vez, sorprendió hasta a los más crédulos, por cuanto nadie se imaginaba que el exrector de la Universidad del Magdalena, a la cual él había recuperado en un cien por ciento, para bien y para el futuro de los magdalenenses, derrotaría a los políticos que siempre se habían turnado para gobernarla.

En esa ocasión, todos, con excepción de Caicedo y su movimiento político, conformado por gente de los barrios populares y demás sectores cansados de los mismos con las mismas y con unas ganas de cambio, se dieron cuenta de que, el verdadero poder, lo tenían ellos y no los políticos de siempre. Además, comprobaron que el voto a conciencia es la clave, no solo para desalojarlos del poder, sino también para enviarlos al olvido por toda la eternidad y tumbar los monopolios políticos o acabar los malos hábitos que los políticos suelen coger, cuando duran gobernando.

Sin embargo, no solo el éxito conlleva sacrificios o mucho trabajo y persistencia, también el mantenerse en él demanda otros obstáculos peores, pues no todos los perdedores son buenos perdedores y menos en la política, donde los gastos se sienten enormes, cuando no se gana.

No obstante, Fuerza Ciudadana, su fundador y cofundadores, han sabido saltar los obstáculos que le pusieron para mantenerse y volvieron a obtener una segunda victoria con la elección de otro alcalde para la ciudad, que se logró con el triunfo de Rafael Martínez, hoy aspirante al Senado y el cual supo mantener con igual entereza y pulcritud de su antecesor, los principios y sinergias del movimiento político: Trabajar siempre por los intereses del pueblo y defender a la ciudad de los depredadores del pasado que no han dejado ni dejarán de acecharla.

Empero, y aquí viene lo bueno o el argumento explicativo del título de este artículo, el tercer éxito consecutivo del movimiento político que más ha ganado en el Departamento, obtenido con un triunfo doble jamás ocurrido en ninguna otra parte del país, el cual consistió en la moñona lograda de no solo volver a ganar la alcaldía de la ciudad con la hoy alcaldesa Virna Johnson, la primera mujer samaria del pueblo en obtener ese puesto mediante el voto popular, sino también la gobernación del Departamento por primera vez, con Carlos Caicedo, el gran gestor del movimiento político, terminando así otra supremacía de unos grupos rancios en el poder territorial, hazaña que catapultó aún más al movimiento, por cuanto consiguió lo que había sido un imposible: Que un grupo político se sentara en los dos cargos más importantes del Magdalena, la Gobernación y la Alcaldía de su capital.

Siempre había ocurrido que, grupos distintos y opuestos, se turnaban esos dos trascendentales cargos. Es decir, cuando un grupo ganaba la Alcaldía, otro opositor obtenía la Gobernación y viceversa. Jamás uno había ganado los dos. Lo cual hizo Fuerza Ciudadana, rompiendo todas las marcas y sentando la propia que, de seguro, nadie ni ningún otro podrá superar por los siglos de los siglos.

Pues bien, con esa situación única, de un doble poder en manos de un solo movimiento político, algo inaudito en la historia política del país y creo que en Colombia y el mundo entero, se enfrentan hoy en día los políticos residuales de una desgastada forma de hacer política en la región, sin nada qué mostrar, es decir, con las manos limpias, apenas guindados a unos sectores o entidades que por sus “jugaditas” políticas aún conservan, para sacar los recursos que los mantengan aferrados de donde nunca debieron estar y ante la posibilidad de que, el movimiento Fuerza Ciudadana, vuelva a arreciar con mayor ímpetu y los saque para siempre de donde nunca hicieron nada por el pueblo que los eligió y vuelva a demostrar, por quinta ocasión, pero en otro nivel más elevado, que ese movimiento sigue siendo el de mayor éxito de los últimos tiempos y de la historia política del departamento y del país.

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