ColombiaMagdalena

La pandemia y las tragedias siguen desnudando a antiguos gobiernos

(Recorte de prensa)

Las tragedias y pandemia siguen destapando la manera como los antiguos gobernantes del Magdalena engañaron al pueblo con proyectos que nunca hicieron, pese a que fueron anunciados de formas mediáticas.

Aún se recuerda cuando, en agosto del año 2016, la gobernadora de entonces, Rosa Cotes, le dijo a un medio digital de su preferencia que: “Estamos gestionando tanto el pabellón de quemados como otras obras a nivel nacional; hay un 70 por ciento de recursos que el Ministerio de Salud nos va a aportar para lograr la adecuación de la unidad de quemados del Hospital Universitario ‘Fernando Troconis’, es un proyecto que ya está y del que nos estamos ocupando”, ese anuncio se lo hizo la hoy exgobernadora al medio virtual amigo de su administración, dos años después de la tragedia de los 33 niños quemados en Fundación, hecho fatídico ocurrido el 18 de mayo del año 2014.

Sin embargo, seis años después, cuando se produce otra tragedia en la que unos pobladores de Tasajera, en el municipio de Puebloviejo, resultaron quemados por la explosión de un carro cisterna, vuelve a hacerse evidente la falta de un pabellón de quemados ni siquiera en su más importante hospital llamado Julio Méndez Barreneche, gerenciado siempre por la familia Díaz Granados de la mano eternamente con los gobernantes de turno, como aconteció durante los últimos 8 años en que los Cotes gobernaron al Magdalena.

Es decir, todavía es la hora y no existe el pabellón de quemados, a pesar de que en el año 2016, la hoy exgobernadora Rosa Cotes, en ese entonces Gobernadora, afirmara al medio digital amigo y alcahuete, que tenían “el 70 % de los recursos del Ministerio de Salud”, para hacerlo.

¿Qué se hicieron esos recursos del 70 por ciento aportados por el Ministerio de Salud para esa otra obra fantasma anunciada con bombos y platillos por la inolvidable gobernadora? ¿Adónde fueron a parar? Son las preguntas que nos hacemos ahora y las cuales debieron hacerlas también los medios digitales y no digitales de Santa Marta y el Magdalena durante los últimos 4 años.

Se repitió la historia trágica de quemados con lo de Tasajera y el fantasma del pabellón de quemados revivió, junto con los agrios recuerdos de unas administraciones que no dejaron sino eso: amargos e ingratos recuerdos.

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