ColombiaMagdalena

La hipocresía de la clase politiquera del Magdalena no tiene límites

Mientras hablan de unidad con la llegada de Petro, se dedicaron a promover bloqueos y montajes en contra del gobierno progresista del Magdalena.

Las elecciones del pasado 19 de junio dejaron en evidencia la gran hipocresía de la clase politiquera del departamento del Magdalena. Todo a cuenta de los deseos de unidad que piden a través de las redes sociales con el nuevo gobierno que encabezará Gustavo Petro.

Uno de aquellos promotores de tantas injurias, calumnias, bloqueos y montajes ha sido el ex congresista (investigado por la Corte Suprema) Eduardo Díazgranados. A través de su cuenta en Twitter, el jefe político del actual congresista Hernando Guida publicó:

“No creo en predicciones apocalípticas sobre el futuro de Colombia, nuestra democracia y sus instituciones son fuertes y sólidas, así deben continuar. @petrogustavo ganó contundentemente y transparentemente, resultado que debemos acatar y respetar. Unir nuestro País, debe ser prioridad”, posteó.

A esto se le sumó el financiador más grande que tiene el Centro Democrático en el departamento, Manuel Julián Dávila Abondano. El dueño del grupo Daabon (y de la voluntad del senador Honorio Henríquez) publicó que “cuando los vientos cambian, hay que ajustar las velas. Si gana la democracia, gana Colombia”.

Lo llamativo de estos mensajes es el llamado a la unidad con un gobierno progresista cuando, a lo largo de los dos últimos años y medio, él y todos los dirigentes de la oposición tradicional han puesto todas las piedras en el camino en contra de la administración, también progresista, del gobernador Carlos Caicedo.

Montajes de supuestos vínculos con el paramilitarismo, las supuesta suspensión del gobernador Caicedo apenas llegando al cargo (el 3 de enero de 2020) y la intervención -promovida por Díazgranados y sus secuaces- del Hospital Julio Méndez Barreneche y de la Empresa de Servicios Públicos de Santa Marta, han sido varias de las acciones que han desmejorado los indicadores de salud y servicios públicos desde que fueron pasadas a manos del Gobierno Nacional.

En definitiva, la clase politiquera del departamento no ha respetado ni acatado la voluntad popular del pueblo del Magdalena. Ahora posan de muy dialogantes cuando en realidad solo buscan mantener las prebendas que a partir del próximo 7 de agosto desaparecerán.

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