Opinión

Caicedo, la esperanza de un pueblo en un abandono crónico

Por: Álvaro Cotes Córdoba, Jefe de Redacción

Luego de percibir la expectativa que ha generado Carlos Caicedo por casi todos los municipios y corregimientos del Magdalena, podemos concluir que al candidato solo le queda ahora una sola opción: esperar para demostrarle a todo el mundo, sobre todo a esos habitantes que visitó, saludó, abrazó y besó, en cada pueblo, vereda, corregimiento o municipio, que él sí es la verdadera esperanza con la que tanto han soñado durante muchísimos años.

Fue sorprendente observar durante el recorrido que hizo por esos municipios, cómo los habitantes de cada una de las poblaciones visitadas, lo miraban con ojos de esperanza y unas ganas de saludarlo, abrazarlo y estrecharle sus manos. Del mismo modo llamó mucho la atención de cómo le ponían hasta quejas por las situaciones de olvido de sus poblaciones abandonadas tanto por los gobiernos de turnos como por los anteriores.

Pero lo más inaudito fue contemplar cómo lo reconocían a pesar de que nunca lo habían visto en persona, hasta el punto de que querían tomarse unas “selfies” con él, como si se tratase de un cantante o un futbolista famoso.

El fenómeno político de los últimos ocho años en Santa Marta, empezó entonces a propagarse por todo el Departamento. Ya es un hecho inminente que se ha venido extendiendo por todos los rincones del Magdalena, tanto, que me atrevo a decir que no hay un lugar en este territorio donde nadie sepa de él.

Lo conocen o han escuchado de él más que todo por las redes sociales, a través de las cuales se han enterado que en verdad existe un político en este Departamento que podría hacerles obras a sus municipios, corregimientos y veredas, como lo hizo en la capital Santa Marta durante el tiempo en que estuvo como gobernante de ese distrito especial y como mentor del actual mandatario.

Al principio, uno creía que lo iban a tratar como a muchos otros candidatos que han ido a visitarlos por estos tiempos pre electorales, con bastante recelo y desprecio. Pero no, resultó fue al revés y lo recibieron como si ya lo conocieran desde hacía mucho tiempo, con atención y una voraz ansias de saber si en realidad es lo que han venido escuchando y leyendo de él.

Todavía no sale uno del asombro de cómo se conectaron de inmediato con su presencia. Le salían a su paso, cuando él recorría las calles sin pavimentar, solo para saludarlo y decirle que rogaban porque fuera el elegido el próximo 27 de octubre, para ver si así por fin les comenzaba a llegar al menos los primeros vientos de un progreso que los tiene estancados en el tiempo.

En efecto, volver a ver esas poblaciones durante los recorridos que hizo Caicedo sobre ellas, fue como volver al pasado, pues en algunos municipios el tiempo parece haberse detenido. Las casas, calles polvorientas y escasos servicios públicos, siguen intactos como en el siglo pasado. En diferentes localidades no existen ni siquiera puestos de salud y en los que sí existen, están en precarias condiciones. Y lo peor aún: se encontraron unas cuantas obras empezadas, pero abandonadas y a las que sus habitantes llaman sarcásticamente elefantes blancos. Obras como colegios, centros de salud, acueductos y vías.

Caicedo, en varias oportunidades, les dijo a esos pobladores, cuando se le arrimaban para saludarlo y pedirle que ganara las próximas elecciones, que él iba a ver cómo hacía para suplir a esos pueblos de las necesidades que padecen, cuando llegara a la Gobernación e increíblemente le creían, totalmente contrario a otros aspirantes y a los que no les creen ni las sonrisas.

Sin duda, una actitud diferente que lo pone a uno a reflexionar de cómo han visto ellos la nueva oportunidad que se le ha aparecido y de la cual han demostrado que están dispuesto a volver a creer, pese a las constantes desilusiones que han tenido desde siempre.

A 57 días de realizarse las elecciones, a Caicedo solo le faltaba recorrer hasta ayer un solo municipio: Tenerife. No es porque lo dejaron de último adrede, no. Sino porque cuando lo iban a recorrer ocurrió un imprevisto que puso en riesgo esa posibilidad, ya que como sucedió varias veces durante su periplo proselitista, notaron unos visajes extraños de personas y autos desconocidos que los seguían desde las sombras, por lo que la seguridad personal del candidato recomendó posponer esa última travesía.

Sin embargo, la marcha naranja con sus banderas y camisas de ese color no se detendrá y seguirá recorriendo los municipios y pueblos del Magdalena hasta la víspera de las elecciones, porque todavía quedan muchas localidades en el Departamento qué visitar y en donde incluso han estado reclamando la presencia del candidato, para que también los visite, porque igualmente tienen muchas dificultades y necesidades para enseñarle, ya que como en el resto de los municipios, guardan la esperanza de que será el próximo Gobernador.

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