ColombiaMagdalenaSanta Marta

El regreso de la politiquería a la Universidad del Magdalena

Pablo Vera, el rector actual de la Universidad del Magdalena, ya pasó a la historia como el rector que volvió a meter la polítiquería en ese claustro superior.

Por: Álvaro Cotes

Su perversa acción acabó con tantos años de gestión y sacrificio que logró el refundador del alma mater, su mentor y actual gobernador y exalcade, Carlos Caicedo.

No solo demostró ya sus intenciones de empotrarse en el cargo, al cambiar las reglas para designar rector, cuando faltaban pocos meses de ser elegido un nuevo rector, sino que también ha evidenciado su participación política de forma descarada, desde las campañas electorales del año pasado, cuando fue extensivo con los candidatos de la familia que gobernaba para el entonces el destino incierto del Departamento.

Hizo como dicen los uribistas que le pagó Juan Manuel Santos a Álvaro Uribe, después de ser su mentor. No obstante, el de marras fue más allá y se alió a los que antes fueron sus blancos o caballitos de batallas: a las familias tradicionales que venían gobernando al Departamento desde tiempos inmemoriales.

Pérfido en su ambición, tal vez pensando que un día será lo mismo que ha sido su mentor, para seguirle los pasos pese a comenzar a hacerlo con el pie equivocado o con el que en su época estudiantil jamás creyó dar, el rector politiquero volvió a contaminar el Campus que a Caicedo, durante más de una década, le costó depurar, enfrentando no solamente a caciques políticos sino también a paramilitares, luego de encontrarlo como un nido o fortín de esos bichos de antes que llevaron a la U a ser la peor del país, financiera y académicamente.

Hoy, cuando ya casi nada hay qué hacer, porque su mentor lo hizo todo cuando salió de ahí, posesionándola en un nivel inimaginable y ejemplarizante, el responsable de mantener el legado de su refundador y mentor, prefiere traicionar esa herencia que tanto costó, para el beneficio propio y de sus “nuevos amigos” políticos. Ojalá la intromisión politiquera en el único claustro superior público del Magdalena no se convierta ahora también en la otra pandemia como la que la destruyó en los años oscuros de su existencia o antes de que la cogiera su refundador, porque de ser así, podríamos desde ya sugerir hacerle un monumento o un busto en honor a quien la regresó a ese estado politiquero.

Etiquetas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Cerrar