Santa Marta

El periodista embustero

Por: Álvaro Cotes

Un mal periodista le da la razón al que no la tiene y más por plata. Cree que el periodismo es para defender las causas particulares y no las generales. Es decir, defiende a alguien por lo que le de, más no por lo que ese alguien persigue. Ejemplo: Yo no puedo defender a alguien que busca un bien particular. Y menos si ese alguien me contrata solo para que le eche flores o le destaque solamente lo que es su deber o para lo que lo nombraron o pusieron en un cargo.

Un buen periodista es aquel que no antepone su interés personal por el general. Que pese a su precaria condición económica no sucumbe ante el ofrecimiento de un poderoso, quien siempre buscará tentarlo con lo único que tiene para hacerlo por la falta de un argumento sincero y recíproco. El que está fuera de este último concepto, considérese un mal periodista o como muchos ya lo han calificado por lo que han visto: un periodista pre pago.

El verdadero espíritu de un buen periodista no es un mito, es una realidad y ha existido y aún sigue existiendo, aunque en menor escala, debido a la cada vez más difícil percepción del mundo por como éste se mueve en el salvaje capitalismo donde tu eres lo que tienes en dinero.

El periodista es un ser humano y como tal yerra o no es inmune a la codicia, vanidad y envidia y por eso muchos pecan o traicionan su responsabilidad social. Por eso siempre me he dicho: El día en que yo decida traicionar mi responsabilidad social como periodista, dejo de serlo, para no engañarme a mi ni a más nadie y dejar de ser un periodista embustero.

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