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El otro mundo criminal que se mueve en Santa Marta y el Magdalena bajo la sombra

En un informe detallado sobre la presencia de grupos armados que operan en todo el país bajo la sombra de las autoridades, realizado por Indepaz, el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, se confirma lo que el gobernador del Magdalena, Carlos Caicedo, ha venido denunciando desde antes y durante su actual administración, acerca de cómo esos grupos al margen de la Ley no solo han venido con sus actividades delincuenciales, sino también cómo han regresado a interferir a las mismas autoridades, como lo corroboró cuando denunció que esos delincuentes han logrado infiltrar a la fuerza pública de este Departamento.

El mandatario manifestó que el grupo Los Pachencas estaba recibiendo información directa de las autoridades, lo que ha facilitado su desarrollo de actividades ilícitas y su fortalecimiento en la Sierra Nevada de Santa Marta. Dichas infiltraciones habían sido denunciadas anteriormente por el líder Alejandro Llinás, quien aseguraba que las cartas que enviaba a la Gobernación con información de irregularidades que ocurrían sobre la Troncal del Caribe, fueron conocidas por el grupo criminal, el cual posteriormente lo asesinó en su lugar de residencia.

“Aterran estos informes porque coinciden con los testimonios del propio Llinás en el sentido de que sus denuncias eran filtradas. Primero a personal de la Policía y luego probablemente a sus asesinos”, afirmó el gobernante en una nota periodística de El Tiempo, publicada el pasado 21 de mayo.

En el Informe de Indepaz, se detalla lo siguiente: En La Sierra Nevada de Santa Marta y la Troncal del Caribe, los Gaitanistas estarían aliados con el Clan de Los Rojas, quienes conocen la zona, tienen terrenos y se han apropiado de rutas ilegales para el transporte de droga, con el fin de trabajar en conjunto. Allí se enfrentan a Los Caparrapos y Los Pachencas, estos últimos presuntamente tienen una alianza con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada. La importancia de la zona caribe también incluye a Pueblo Bello, municipio ubicado en el departamento del Cesar, esto porque su ubicación lo convierte en un municipio estratégico que funciona como un corredor de movilidad.

En Magdalena han sido amenazados líderes sociales y comunidades enteras por las AGC, allí tienen una disputa con Los Pachencas por el control del puerto de Santa Marta que se convierte en un corredor de movilidad entre tres departamentos con acceso a puertos marítimos, donde se pueden generar muchas rentas ilegales en todo lo relacionado con el turismo y los cultivos de banano y palma. Las Autodefensas Gaitanistas están aliadas a un grupo conocido como El Nuevo Bloque Costeño que proviene de Barranquilla, también se suman al escenario carteles mexicanos que estarían teniendo presencia allí. Entre los afectados por este tipo de hechos se encuentran los indígenas Kogui y Arhuacos.

También se encuentra La Oficina Caribe, un grupo creado por el ex paramilitar Hernán Giraldo en unión con La oficina de Envigado para el control de la amplia zona conocida como Troncal Caribe, con el fin de extender su poder hasta La Sierra Nevada de Santa Marta, Ciénaga y La Alta Guajira, siendo estos, importantes fortines para la salida de droga hacia el exterior.

En Santa Marta estarían utilizando el puerto para el envío de grandes cantidades de droga en alianza con Los Pachencas y con el fin de hacer frente a las AGC en la zona. Entre sus acciones se encuentran extorsiones, asesinatos y cobro de impuestos ilegales a la población. Uno de los principales líderes de esta organización sería Elkin López, alias La Silla o Doble Rueda, quien se encuentra en prisión domiciliaria desde finales de 2019.

Otro grupo en disputa por la costa Caribe es el Clan de los Rojas, un antiguo grupo paramilitar que actuaba aparte de las AUC, comandados por el ya muerto Adán Rojas Ospino alias ‘El Viejo’ y sus hijos Adán, José Gregorio, Camilo y Rigoberto Rojas Mendoza, en la época de los 90 estos se enfrentaban contra la estructura paramilitar de Hernán Giraldo Serna, alias ‘el Patrón’; posteriormente se adhirieron a las AUC y lograron controlar gran parte del Magdalena en especial Santa Marta y Ciénaga en unión con alias H.H.

Actualmente, con un poder ya limitado, pero con un conocimiento de la zona bastante extenso, tienen acciones de reclutamiento de jóvenes para cometer acciones ilegales como el ejercicio de control y vigilancia de la población, esto con el fin de prestar servicios de cobranzas, sicariato y demás a los grupos dominantes de la zona.

Sobre los Pachencas

Este grupo tiene sus orígenes en 2007 luego de la desmovilización de las AUC, específicamente del Bloque Resistencia Tayrona al mando de Hernán Giraldo Serna. De este frente surgió un grupo conocido como Los Nevados, al mando de los hermanos Mejía Múnera, quienes se dedicaban al narcotráfico y otras economías ilegales; uno de sus miembros era alias Chucho Mercancía, quien tras la muerte de uno de los hermanos Mejía Múnera se fue a delinquir para las AGC con el fin de controlar allí el envío de cargamentos de droga; esto hasta su captura en 2011. En 2013, alias Chucho Mercancía sale de la cárcel a conformar el grupo que actualmente es conocido como Los Pachencas o Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (ASCN), que para ese entonces servía como grupo de apoyo a las AGC en el Magdalena, principalmente en la ciudad de Santa Marta.

La presencia de las ASCN en el Caribe, permitió una extensión de poder y capacidad de control de los mismos, llegando a departamentos como Bolívar, Atlántico y La Guajira, lo que ocasionó que entre 2016 y 2017 rompieran alianzas con las AGC, iniciando una disputa por el dominio de los territorios y la logística para el tráfico de drogas y apropiación de economías ilegales. Al parecer existía un pacto entre las ASCN, las AGC y el Clan de los Rojas sobre la repartición de tareas en la cadena de narcotráfico. Cada grupo al parecer tendría actividades específicas; sin embargo, en medio de esta alianza se generó un conflicto por el control del puerto de Santa Marta, uno de los más importantes para el envío de cocaína hacia centroamérica, Estados Unidos y Europa.

Alias Chucho Mercancía comandó el grupo hasta junio de 2019, cuando resultó muerto en una operación conjunta entre la policía y la DEA; luego quedó al frente Deimer Patiño Giraldo, alias 80 sobrino de Hernán Giraldo y quien murió en medio de un enfrentamiento con las fuerzas militares en junio de 2020.

Hernán Giraldo comandaba el Bloque Resistencia Tayrona y estaría detrás de la estructura de las ASCN mientras se encuentra preso en Estados Unidos; el segundo cabecilla de la estructura narcoparamilitar es alias Leandro. La captura y muerte de algunos de los cabecillas de esta organización ocasionó su debilitamiento y con esto un mayor control de las AGC en la zona para 2018, sobretodo en lo que tiene que ver con la Sierra Nevada de Santa Marta y su parte montañosa; allí estos buscan asumir el dominio del crimen organizado, afectando a distintas comunidades indígenas que se asientan en la zona como los Kogui, Malayo, Arhuaco y Kankuamos.

Aún así, con los ataques perpetrados contra Los Pachencas, estos han llegado hasta el departamento de Córdoba, sobretodo en la parte sur, donde se disputan la zona además de las AGC, con los Caparrapos y GAOr de las Farc. Allí, todos se enfrentan por el control de las zonas de cultivos de coca y procesamiento de clorhidrato de cocaína, así como por las rutas para su movilización desde el Parque Natural de Paramillo hasta los puntos de exportación ubicados en los municipios de Canalete, Los Córdobas, Moñitos y Puerto Escondido, siendo que estas zonas conectan cultivos y centros de producción y acopio de clorhidrato de cocaína con rutas de transporte y puntos de exportación.

Una de las acciones de las que se les sindicó, fue el asesinato y posterior muerte de una pareja de ambientalistas que al parecer habrían sido asesinados por robarles su camioneta el 28 de diciembre de 2019. Sin embargo, este grupo desmintió el hecho afirmando que habían desplegado un operativo desde Santa Marta hasta La Guajira con el fin de dar con el paradero de los asesinos, esto resultó en la amenaza a uno de los hombres que organizó el secuestro para que se entregara a las autoridades, de lo contrario sería asesinado por las mismas ASCN. Además, le habrían quitado la vida a uno de los familiares de los implicados en el caso, siendo esto una advertencia para demostrar el control que ejercen allí y el disgusto con los mismos debido a la presencia de autoridades en la zona.

El control de Los Pachencas se da en lo que comprende la Troncal Caribe (en el eje Ciénaga-Santa Marta-Riohacha), así como en las costas aledañas, donde tienen acciones, entre las que se encuentran, el transporte de droga hacia Estados Unidos y Europa, el cobro de vacunas a comerciantes y a la misma población civil al comprar alimentos, así como al realizar transacciones de tierra allí, donde se cobra un porcentaje por los terrenos vendidos, luego se despoja a los dueños del mismo y se negocian a un mayor precio con personas extranjeras.

Esto fue denunciado en el 2018 por la Defensoría del Pueblo, quien aseguró que Los Pachencas tenían control absoluto de La Troncal Caribe; además de los cultivos de droga en la Sierra Nevada de Santa Marta, allí mismo, en el corregimiento de Guachaca llegan a tener el control hasta del acueducto, lo que genera un dominio absoluto sobre la población y una amenaza a líderes y lideresas sociales.

Los Pachencas estarían implementando nuevos mecanismos para exportar el alcaloide, como el reclutamiento de lancheros quienes estarían encargados de movilizar lanchas rápidas con droga desde el Golfo de Morrosquillo hacia Centroamérica y el Caribe. La seguridad en la llegada de estos cargamentos se da por medio de equipos de ubicación satelital que utilizan para verificar la presencia de guardacostas en puertos naturales de aguas profundas.

En el corregimiento de Palomino, las ASCN ejercen gran control, allí cobran vacuna por prestar un aparato de seguridad, también tienen reglas de no extorsionar, ni robar a extranjeros, con el riesgo de que quienes lo hagan pueden resultar muertos. Su principal negocio es el acopio y proporción de seguridad para los cargamentos de droga que vienen del Catatumbo y del Sur del país, también ejercen actividades de extorsión, préstamo gota a gota, microtráfico en los cascos urbanos y explotación ilegal de oro, esto ha sido denunciado por la Defensoría del Pueblo mediante las SAT, en las cuales afirman que existen tensiones con comunidades indígenas como la que se ha presentado con el resguardo Koguí-malayo-arhuaco. En cuanto a las comunidades negras, se les estigmatiza cuando provienen de Urabá, siendo que se cree que pertenecen a las AGC.

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