Colombia

El drama documentado y contado por un posible afectado de coronavirus antes de morir

Por Álvaro Cotes Cordoba

Ciro Martínez López, un comerciante de 66 años de edad, nacido en Ocaña, Norte de Santander, pero radicado en Santa Marta desde hacía 27 años, antes de morir el pasado 7 de abril a la 1:30 de la tarde en la Clínica del Norte de Barranquilla, por un posible contagio del coronavirus, (al momento de escribir esta nota periodística no se conocía todavía del resultado de una segunda muestra que le practicaron para corroborar o desmentir el primer resultado que salió negativo), registró en su celular el drama que le tocó vivir en una clínica privada de la ciudad de Santa Marta, a la cual llegó por primera vez, para que lo atendieran por un leve dolor en el pecho y un supuesto resfriado.

Eso sucedió el 14 de marzo en las horas de la mañana, en un momento en que en el centro asistencial de nombre Los Nogales, ubicado cerca del barrio donde él residía con su esposa, “había una veintena de otros pacientes, entre adultos y niños, la mayoría con síntomas de gripe”, según contó él mismo después de que volviera a esa misma clínica tras ser dado de alta, en uno de los vídeos que grabó en su celular, demostrando tener tos y respirando entre cortado, lo cual fue corroborado luego por su esposa de nombre Nimia Araújo en otro vídeo que hicieron la tercera ocasión que regresaron a la clínica y en el que describieron las condiciones higiénicas y atenciones médicas que recibió Ciro en las habitaciones en que estuvo durante cinco días, antes de que finalmente lo remitieran a Barranquilla, más exactamente hasta la Clínica del Norte, tras ser dictaminado con pulmonía. Ese mismo día llegó a la clínica el primer resultado que enviaron a Bogotá del examen que le hicieron por coronavirus, ya que según los médicos, presentaba una sintomatología igual.

En uno de los vídeos que, amablemente uno de los nueve hijos del señor Ciro Martínez nos envió hoy 8 de abril por la mañana, es decir, 18 horas después de su muerte y unas siete horas más tarde de su cremación, el señor Ciro Martínez, que en paz descanse, le hizo un llamado a la alcaldesa de la ciudad, Virna Johnson, para que lo ayudara y se enterara de su situación y de la condición del centro asistencial en donde él era atendido en esos instantes.

En la Clínica del Norte de Barranquilla, la atención a su padre fue mejor, confirmó Boris Martínez, uno de los hijos del difunto. Su traslado a esa clínica también tuvo sus inconvenientes, pues no se hizo sino un día después de que se había ordenado su remisión, porque la ambulancia ese día nunca llegó.

Allá, en la Clínica del Norte de Barranquilla, le confirmaron el mismo primer dictamen que le dieron en la clínica Los Nogales, sobre que padecía de una neumonía aguda, sin embargo, le descubrieron que había adquirido una bacteria que muchas veces los pacientes suelen adquirir en clínicas y hospitales, la llamada bacteria serratia, la cual se coloniza en la orina, heridas y secreciones respiratorias, además, se transmite por ventilación mecánica, desinfectantes, jabones y baños. Ante esa descripción, la familia del comerciante fallecido cree que pudo haber adquirido esa bacteria en la clínica Los Nogales.

Escuche aquí audio de la entrevista con el hijo del fallecido.

El drama que el propio Ciro Martínez se encargó de documentarnos en sus últimos días encerrado en la primera clínica que lo atendieron, nos muestra una vez más la situación con que muchos enfermos por estos días de la pandemia del coronavirus con síntomas de gripe u otros padecimientos, deben afrontar en los centros asistenciales de la ciudad y los cuales, como era de esperarse, no están preparados para atender pacientes con síntomas del mortal virus. Hoy, Ciro Martínez ya no está, pero nos dejó un testimonio único, en el que podemos ver más de cerca el riesgo latente que existe en los hospitales y clínicas por estos días de tensión y miedo, sumado a la cuarentena o aislamiento social obligatorio, a que nos tiene sometido el coronavirus.

“Mi padre fue un hombre responsable, trabajador, se dedicaba al comercio, a la compra y venta de productos. Se vino para Santa Marta como desplazado por la violencia hace 27 años y hoy se nos fue sin podernos despedir de él ni siquiera de verlo por última vez. Es duro esto y mi madre, quien lo acompañó hasta que lo aislaron para siempre, está ahora inconsolable y por eso no le pudo pasar al teléfono”, detalló triste el hijo del señor Ciro Martínez López.

Boris también nos contó que, aunque no se sabía el resultado del segundo examen por coronavirus, el cual espera sea también negativo como el primero, ellos están dispuestos a seguir cualquier protocolo que le digan y si es el caso a que le hagan también las pruebas correspondientes para descartar cualquiera posibilidad de contagio si es que el resultado sale positivo.

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