Magdalena

Continúa la alerta roja por incendios en el Magdalena

Por ello las autoridades han extremado acciones para evitar otro aspecto que dispara esta problemática: las quemas

Los incendios forestales en el departamento del Magdalena se ha convertido en un problema. Y lo es aún más cuando los pronósticos tienden a agravarse con el paso de los días.
De acuerdo a la última alerta de Ideam, existe una alerta roja en la gran mayoría de municipios del departamento. Eso, en términos claros, quiere decir que el riesgo de que en cuestión de instantes se encienda la cobertura vegetal es alta.

Los municipios afectados son: Algarrobo, Aracataca, Ariguaní (El Dificil), Cerro De San Antonio, Chivolo, Ciénaga, Concordia, El Piñón, El Retén, Fundación, Nueva Granada, Pedraza, Pijiño Del Carmen, Pivijay, Plato, Puebloviejo, Remolino, Sabanas De San Angel, Salamina, San Sebastián De Buenavista, San Zenón, Santa Ana, Santa Bárbara De Pinto, Santa Marta, Sitionuevo, Tenerife, Zapayán y Zona Bananera.

Esta alerta también cubre la Sierra Nevada. Pero, como en muchas áreas rurales del Magdalena, los incendios se producen especialmente por la imprudencia de algunas comunidades que se niegan dejar la quema de pastizales como práctica para la preparación de cultivos.

Es por ello que, muy a pesar del gran esfuerzo de la Gobernación del Magdalena y otros organismos como los Bomberos, Policía, Ejército, Defensa Civil y la Ungrd para mitigar estos eventos, este ha sido insuficiente.
“La práctica equivocada de las ‘quemas controladas’ de algunos pobladores ‘para preparar la tierra’ aflige la Sierra; reitero el llamado a la sensatez y al sentido cívico, pero sobre todo a abandonar esta mala práctica de quemar la cobertura vegetal para actividades agrícolas”, manifestó en las últimas horas el gobernador Carlos Caicedo, quien solicitó un helicóptero ‘Black Hawk’ con sistema Bambi Bucket para sofocar las llamas.

De no ser por la intervención de la administración departamental liderada por el gobernador Carlos Caicedo, ante los impávidos ojos de los colombianos solo quedaría observar cómo se consume ese milenario santuario de la naturaleza.

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