Magdalena

Deprimente estado del Mercado Público de Fundación, Magdalena

Por: Jorge Luis Urbina Mejía

Es lamentable la desidia y el abandono en que se encuentran los comerciantes del mercado público en el municipio de Fundación, Magdalena, a raíz de la incompetencia de las autoridades locales y regionales, para invertir en un verdadero proyecto que les ofrezca mejores condiciones para ejercer su actividad.

Y también para los consumidores, usuarios de este mercado que se exponen a todo tipo de problemas y dificultades diariamente cuando tienen que acudir a este centro de abastos para comprar los productos de la canasta familiar.

Se exponen a ser atropellados por la ocupación del espacio público, incluyendo andenes.  En el mercado de Fundación, los vendedores están sobre la vía vehicular y es casi que nada donde poder circular.

Todos los productos carnes, verduras, frutas, queso y hasta los alimentos procesados están totalmente expuestos con riesgos a ser contaminados con aguas putrefactas de alcantarillas, lluvia o residuales con que lavan la mercancía comestible.

Todos los productos carnes, verduras, frutas, queso y hasta los alimentos procesados están totalmente expuestos con riesgos a ser contaminados con aguas putrefactas de alcantarillas, lluvia o residuales con que lavan la mercancía comestible.

A esto se suma que son pringadas por en el paso vehicular sobre los charcos y que esos mismos camiones, carros, motocicletas expiden gases combustibles que contaminan esos productos.

Las montañas de restos o basuras de días y semanas se acumulan porque no pasa el vehículo recolector de la empresa de aseo. Las quejas han llegado a la Alcaldía local, sin encontrar ningún eco. Los comerciantes dicen “Estar mamados de esta situación”.

Existen viejos locales a manera de cubículos para que se ubiquen los vendedores, pero por lo viejo, deteriorado, sin higiene y rodeados de aguas negras, no son utilizados.

Los camiones de carga, se parquean sobre la vía durante el día y otros llegan en la noche para esperar la madrugada a fin de ser desocupados. Esto sobre la misma plaza de mercado, pues no hay espacio o parqueadero para ellos. Es muy probable que los coteros tropiecen a un comerciante o usuario mientras descarguen camiones 600 o 300.

Natalia Orozco, tiene cuarenta años de ser comerciante de este sector y opinó que están viviendo sobre el desaseo y les toca trabajar sobre desechos putrefactos, soportando hedores que afectan no solo sus productos e higiene sino la salud de todos ellos. Confesó que los clientes se han retirado ante tal situación y al mismo tiempo, se queja de que los políticos se acercan solo para buscar votos y realizar falsas promesas.

UN CASO SIMILAR

Cuando vemos este horroroso panorama del Mercado Público de Fundación su condición actual, la memoria nos lleva al antiguo mercado Publico de Santa Marta. Las condiciones eran exactamente idénticas ocho años atrás. Hoy La plaza de Mercado Público de Santa Marta, no tiene nada que envidiar a los principales centros de abastos en este país.

Cuando el nuevo gobierno Santa Marta inició el proceso de cambio en la ciudad, se incluyó rescatar legal y jurídicamente el mercado público, en el que no había invertido un solo peso, estaba cerrado, convertido en un basurero y desangrando las arcas del distrito por particulares.

Hoy este establecimiento incluyente socialmente presta un servicio que dignifica al samario, visitantes y turistas. El edificio fue demolido, se construyó uno nuevo, amigable con el medio ambiente, amplio, cómodo y organizado, incluye un restaurante, que antes no lo había, un centro comercial es la parte posterior y recientemente se acaba de inaugurar la plaza para expendio de pescados y mariscos.

Se recuperó la vía peatonal y vehicular.  Se introdujeron rutas de transporte urbano, sistema se señalización vial y se abrió el espacio público para dar mayor comodidad a comerciantes, consumidores y compradores. A esto se suma la eliminación de la contaminación auditiva y visual que antes existía.

Hoy quien visita la zona del mercado, encuentra espacios cómodos y seguros con presencia de la Policía Metropolitana, las 24 horas del día.

Ya no es solamente un mercado público o centro de abastos; también es una zona residencial, comercial y turística. Con almacenes y restaurantes para brindar un mejor servicio a samarios y visitantes.

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