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Claudia Aarón, de diputada a parlanchina

La diputada solo dedica su tiempo a despotricar de cuanta acción ocurre e involucra a la administración departamental o sus funcionarios.

¿Qué se sentirá ganar más de 10 millones de pesos mensuales y solo dedicarse a darle golpes a un pupitre y escribir sandeces a través de redes sociales? Eso lo sabe Claudia Patricia Aarón, diputada opositora que dedica su tiempo -que al parecer es mucho- para despotricar de cuanta iniciativa o proyecto ejecuta la administración que lidera Carlos Caicedo.

Es habitual en las publicaciones de la diputada Aarón aprovechar cualquier espacio para atacar a los Gobiernos del Cambio por todo. Últimamente, con el anuncio de un sector del gabinete distrital y departamental de retirarse para apoyar la campaña presidencial de Gustavo Petro, Aarón sacó su artillería de insultos y palabras altisonantes para acusar que se estaba haciendo campaña con el “erario público”. ¿Tendrá alguna prueba la señora Aarón que el dinero público se usa con fines proselitistas? ¿Por qué esas aseveraciones se pueden decir tan gratuitamente y sin pruebas?

Porque para Aarón como muchos opositores, el hecho de ser “dirigentes políticos” -que más bien son lugartenientes de votos- les da para decir cualquier barbaridad sin ninguna consecuencia.

Sumado a esto, la diputada cuestiona el trabajo de estos últimos dos años de ambas administraciones, dice que no se ha hecho nada y que deben renunciar la alcaldesa Virna Johnson o el gobernador Carlos Caicedo. ¿No fue acaso por las políticas implementadas en estos duros años de pandemia en la red de salud, que la diputada Aarón pudo recibir una atención oportuna cuando sufrió de Covid-19?

¿No ha sido acaso la pandemia un desacelerador mundial de proyectos y ejecutorias? Y a pesar de eso, en el Magdalena se está avanzando en la consolidación de políticas públicas que permitan superar, cuanto antes, las brechas de desigualdad y miseria que gente como la diputada Aarón ayudó a crear.

Lo dicho: cuando se tiene un jugoso sueldo millonario, poco qué hacer en la oficina y mucho tiempo libre, las redes sociales son una tentación. Pero lo son aún más cuando de por medio hay intereses como los de la propia Aarón, que en los últimos años ha tenido parientes (más concretamente hermano y pareja sentimental) obteniendo jugosos contratos de prestación de servicios en la Universidad del Magdalena, trinchera donde se han resguardado todos aquellos opositores al Cambio en el Magdalena. Eso sin contar los otros tantos a amigos y aduladores en la propia Asamblea Departamental…

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